La falta de lluvias en amplias regiones de la pampa húmeda, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, continúa demorando la siembra de segunda fecha en soja y maíz y afecta a los cultivos ya implantados. Recién en diez días, según los expertos, habría mayores precipitaciones que traerían un alivio. De acuerdo a un…
La falta de lluvias en amplias regiones de la pampa húmeda, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, continúa demorando la siembra de segunda fecha en soja y maíz y afecta a los cultivos ya implantados. Recién en diez días, según los expertos, habría mayores precipitaciones que traerían un alivio.
«Hay escasas chances de lluvias para el viernes o sábado y, si las hay, serían deficitarias», señaló Pablo Mercuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales del INTA.
«Estamos en una situación de transición entre una campaña húmeda y una seca que llega», destacó, por su parte, el ingeniero agrónomo y especialista en agroclimatología Eduardo Sierra.
Según el experto, «la zona del NOA todavía conserva los suelos húmedos, en la Mesopotamia, en especial la provincia de Corrientes, se empieza a ver los primeros síntomas de falta de humedad. La zona núcleo se encuentra con una moderada escasez de agua y algunas zonas de la provincia de Buenos Aires y La Pampa se encuentran con un panorama desalentador «.
«Se viene la fase seca luego de cinco campañas de fase húmeda. Sin embrago, las consecuencias negativas en el sector agrícola no se verán este año, sino recién a partir de la campaña 2018/ 2019, donde vastas zonas del país sufrirán sequía», destacó Sierra a LA NACION.
Entre otras zonas, en Chivilcoy-Alberti hay cultivos de sojas y maíces de primera muy atrasados en su desarrollo. En esa región, según el productor Ignacio Viel, se registraron apenas algo más de 30 milímetros desde el 1° de noviembre pasado.
En tanto, Jorge Scoppa, presidente de la Federación Argentina de Contratistas de Máquinas Agrícolas (Facma), estimó que en la zona de Humberto Primo, en el centro de Santa Fe, hay maíces que tienen por la falta de agua un potencial de rinde de 4000 kilos por hectárea cuando deberían estar por encima de los 8000 kilos por hectárea.