El agua transpirada por un cultivo implantado, en este caso la soja, tiene potencial de transformarse en grano cosechable, mientras que el agua que se pierde por evaporación o por consumo a partir de la presencia de malezas en un lote, sólo se desperdicia. Y como si fuera poco, en años como el actual es crítico por las condiciones de bajas reservas hídricas en el perfil del suelo. Por otra parte, la posibilidad de que el cultivo maximice la eficiencia de uso del recurso depende, entre otras cosas, de su correcto balance energético, donde la potencia de su sistema radicular juega un papel fundamental. Esto permite a las plantas enfrentar condiciones de estrés de mejor forma, tanto sea éste hídrico, térmico o biótico.
Para que todo lo antes dicho pueda transformarse en realidad, es necesario llegar a los Índices de Area Foliar (IAF) ideales lo antes posible, de manera tal de que la relación entre transpiración y evaporación del agua del suelo sea lo más favorable posible a la primera de las opciones. Llegar al IAF ideal para un cultivo de soja depende -entre varios ítems-, del correcto balance nutricional del mismo. Aquí el tema no se agota en el suficiente abastecimiento de Fósforo y Azufre, sino que elementos como el Zinc y el Manganeso también juegan un papel fundamental en el óptimo aprovechamiento del Nitrógeno y en el balance energético general del cultivo. El desafío pasa por lograr que el cultivo disponga de elementos como los mencionados en un ambiente de bajos recursos hídricos. Y es aquí donde la tecnología de la fertilización complementaria vía foliar juega un papel destacado.
BASFOLIAR® ADVANCE de COMPO EXPERT es la combinación de la nutrición junto a la mejora en el control de malezas en soja, incorporando Nitrógeno, Azufre, quelatos EDTA de Zinc, Manganeso y humectante, que asegura la máxima absorción de nutrientes en ambientes de restricción hídrica. Esto posibilita lograr un IAF más rápido, que favorece un uso más eficiente del recurso hídrico disponible, más allá de contribuir -mediante el sombreado- a un mejor control de malezas. Además, se ingresa a un circulo virtuoso que permite utilizar los recursos disponibles en forma más eficiente, fundamental en un año como el actual, donde situaciones de estrés térmico, hídrico y los excesos de radiaciones UV pueden conspirar contra los rendimientos potenciales a ser alcanzados por los cultivos.