En los próximos días, SanCor se apresta a cerrar uno de los frentes de conflicto más críticos que tiene antes de concretar la venta a la cooperativa neozelandesa Fonterra. Se trata de la deuda con los tamberos y cooperativas socias por la leche entregada en distintos períodos de 2016 y 2017. Sin embargo, no lo hará sin polémica, porque los tamberos están disconformes con las condiciones del pago.
Los acuerdos particulares que SanCor pretende alcanzar con cada uno de sus acreedores establecen que los productores de leche que lo firmen recibirán un tope de $150.000 y solo el 40% de la deuda restante, si la hubiere. El acuerdo preventivo extrajudicial (APE) busca homologarse lo más pronto posible. Necesita que lo firme más del 50% de los acreedores quirografarios (aquellos que tienen una deuda sin garantía) y que sumen más del 65% del capital adeudado.
Según Juan José Ubize, productor del oeste bonaerense, el convenio corresponde al pago de deudas de febrero del año pasado para los productores y de marzo del mismo año para las cooperativas. «Licuaron los pasivos en forma encubierta», dijo Ubize a LA NACION.
Matías Peluffo, otro de los productores de leche que no firmaron y están dentro de un grupo de tamberos a los que les quedó un saldo importante con la cooperativa láctea, explicó: «Nos ofrecen solo un 43% de lo que nos deben. La deuda es de marzo del año pasado, por lo que si ajustara por inflación lo que me ofrecen sería solamente el 33% del valor real de la deuda original».
Los productores lecheros afirman que desde hace un tiempo muchas cooperativas dejaron de pertenecer al sistema de SanCor. «Para nosotros esa deuda va a quedar impaga y desde el punto de vista comercial lo vamos a tener muy en cuenta en el futuro, cuando nos vengan a pedir que les vendamos leche», afirmó Peluffo.
Un grupo de tamberos de Córdoba que entregaban su producción a través de una cooperativa y que no aceptaron las condiciones de la quita propuesta tienen intenciones de avanzar en la Justicia.
Sin embargo, allegados a SanCor aclararon que los acuerdos que se estaban logrando no eran solo con los productores de leche, sino con todos los acreedores de la empresa en general. Explicaron que desde el 15 de enero la relación con los productores lecheros ha quedado muy bien.
«El acuerdo está avanzando perfectamente y la empresa cree que no va a haber mayores conflictos con los tamberos. Incluso la planta, en los últimos 15 días, ha tenido un incremento importante de las remesas», añadieron.
«No está claro todavía quién se hará cargo de las deudas, si SanCor o Fonterra, una vez que se haya producido el traspaso de venta», señalaron a LA NACION voceros de la compañía de Sunchales.
También informaron que la compra de SanCor por parte de Fonterra estaba condicionada a la homologación del APE. Una vez concretada la operación de venta, la cooperativa formaría parte de una nueva sociedad anónima, en la que solo se quedaría con el 10% del paquete accionario.
En este contexto, mientras la cooperativa láctea afianza los detalles de su pasivo con los acreedores y ordena su balance, la empresa neozelandesa está en tratativas para la compra de la sociedad dedicada a la producción de yogures, flanes y postres perteneciente al grupo Vicentín que SanCor le había vendido en 2016.