Hace unos días fuimos testigos de como se refería al sector agropecuario Emmanuel Macron, “La Agricultura es pasión, territorio, vida, innovación, gente…” señalaba el presidente de Francia en su discurso junto a Mauricio Macri en el marco de la recorrida del mandatario Argentino.
El pasado miércoles 31 de enero, el Consejo de Ministros de Francia aprobó una ley donde entre otras cuestiones se determina que serán los productores quienes pondrán el precio a sus productos y no al revés. Los agricultores venían denunciando la dificultad para trabajar con los precios de comercialización de sus productos cuando cambian sus propios costos.
A partir de esta ley la construcción del precio que recibirán los agricultores se invierte y ahora depende de los costos de producción que ellos tienen “El precio del producto será ofrecido por el vendedor y no por el comprador” señala un medio francés. El texto establecería que para construir el precio de venta, los productores deberán tener en cuenta uno o más indicadores sobre los costos de la producción agrícola y los precios de venta de los productos procesados en el sector correspondiente (queso, por ejemplo, en el caso de la leche).
“La medida es parte de las políticas del ex bancario y su Ministro de agricultura Stéphane Travet, para poner sobre la mesa toda la “cadena alimentaria”: agricultores, fabricantes de alimentos, distribuidores, consumidores y ONG. Una cadena cuyo primer eslabón – 461 000 – los agricultores y el segundo – 18 de 300 empresas – se debilitan, a veces para llevarlos a la quiebra, por la presión de los principales minoristas encerrados en una guerra de precios destructiva” señala el mismo medio.
Ademas, la reglamentación incluiría nuevas pautas en la comercialización de productos fitosanitarios, de ahora en mas, no se podrán hacer promociones de ventas ni descuentos a estos productos. El gobierno también lanzó un nuevo plan para la reducción de productos fitosanitarios y busca promocionar la agricultura orgánica, ecológica o sin agroquimicos, con la cual se pretende cubrir 50% de las comidas públicas (más de la mitad de los 7.300 millones de comidas fuera del hogar que se sirven en Francia cada año).