En 2017 las exportaciones argentinas declaradas de carne porcina sumaron 1906 toneladas, de la cuales un 93% se destinaron a la Federación Rusa. La mayor parque de los embarques (774 toneladas) enviados a esa nación correspondieron piernas, paletas y sus trozos sin deshuesar a un promedio de 2200 u$s/tonelada FOB.
El aumento de las ventas externas de carne de cerdo es un factor clave para consolidar el crecimiento del sector porcino, el cual el año pasado según datos oficiales– faeno más de seis millones de cabezas para producir 566.084 toneladas res con hueso, una cifra 8,4% a la registrada en 2016.
El crecimiento del sector, por el momento, se viene consolidando gracias al mercado interno, que en 2017 registró un consumo estimado por habitante superior a 14 kilos de carne porcina, lo que implica un crecimiento interanual del 9%. Pero en algún momento el consumo interno registrará un nivel de saturación.
Brasil, uno de los principales productores y consumidores de carne porcina del mundo, destina alrededor del 20% de su oferta total al mercado externo. En 2017, según datos oficiales, colocó 295.187 toneladas de cortes congelados porcinos, la mayor parte de los cuales (246.273) se destinaron a Rusia.
La matriz exportadora de carne porcina, además de estar integrada por corporaciones gigantes como JBS y BRF, también incluye a muchas cooperativas agropecuarias que operan con grandes eficiencias gracias a economías de escala (como es el caso de Aurora Alimentos, Frimesa, Castrolanda, Cooperativa dos Suinos Cultores de Encantado, Cotrijui y Languiru).
En la agenda del Ministerio de Agroindustria argentino está el objetivo de incrementar las colocaciones de carne porcina en el mercado ruso, algo que no resulta sencillo por la agresiva política proteccionista presente en esa nación.
En noviembre del año pasado las autoridades rusas, con la excusa de haber encontrado un fármaco no habilitado en Rusia en un embarque de carne bovina brasileño, suspendieron por tiempo indeterminado el ingreso de carne proveniente de 30 y 18 frigoríficos brasileños bovinos y porcinos respectivamente. La rehabilitación de esas plantas industriales está supeditada a la decisión, por parte de Brasil, de abrir un cupo de importación de trigo ruso libre del Arancel Externo Común (algo que se anunciará próximamente de manera oficial).