La devaluación –que promovió un ajuste importante en los valores del maíz– junto con la mayor oferta de animales provocada por la sequía generaron una reducción del valor de la hacienda.
Los precios promedio negociados en el remate que se realizó esta semana en el Rosgan fueron de 41,8 $/kilos para los terneros y de 36,2 $/kg para los novillos de uno a dos años. Son las dos categorías que mejor se defendieron en el actual contexto con caídas –medidas en valor maíz– del 7.9% y 7.6%, respectivamente, versus febrero de 2017.
En un segundo escalón se ubicaron las vacas de invernada con valores promedio de 20,5 $/kg, un cifra 10.4% inferior medida en moneda maíz respecto del mismo mes del año pasado.
Pero las vacas con garantía de preñez registraron, siempre en moneda maíz, una caída interanual de casi el 40% al negociarse a un promedio de 9225 pesos versus 11.783 pesos en febrero del año pasado, mientras que las vacas con cría al pie resistieron mejor al promediar 6514 pesos (-15%) (ver gráfico).
“Este remate vino con muchas cabezas para un inicio de zafra donde el principal factor fue la sequía”, indicó el director del Rosgan, Raúl Milano, en un artículo publicado en el sitio de esa empresa. “Muchos decidieron utilizar su histórica caja de ahorro, la hacienda, para hacer frente al impacto de la seca. Lo que el productor tiene a mano para hacer caja es la vaca y allí aparece la mayor oferta de zonas mixtas”, agregó.
“Los principales compradores del corazón de la invernada fueron los feedloteros, que mostraron su interés ante las mejores perspectivas de precios del gordo que equilibra un poco los resultados, aunque se notó una menor presencia de los invernadores tradicionales por su escasez de pasto”, relató Milano.
“La sequía fue la gran actora de este inicio de zafra porque por un lado suma oferta pero, por el otro, se restringe la compra; la presencia del feedlot sigue marcando la importancia de su papel en la cadena de ganados y carnes”, concluyó.