Las cosechas de soja y maíz se verían fuertemente afectadas. En La Pampa y Buenos Aires se quemaron miles de hectáreas.
Si bien se suponía que el fenómeno climático «La Niña» traería escasez de lluvias durante el presente ciclo, lo cierto es que hasta los propios agrometeorólogos están sorprendidos por el alto nivel y los graves daños que está provocando la sequía.
Para colmo, los pronósticos no muestran lluvias significativas en las zonas necesitadas de agua en una semana que, técnicamente, se considera una de las ventanas más importantes para recibir precipitaciones que ayuden a obtener buenos rendimientos.
En su último informe, la Bolsa de Cereales (BCBA) redujo su estimación de cosecha de soja a 51 millones de toneladas. «Gran parte de la superficie sembrada transita etapas críticas bajo condiciones climáticas adversas», alertó la entidad porteña.
En maíz, en tanto, ya casi está terminada la siembra de las 5,4 millones de hectáreas y aún no hay proyecciones de producción aunque se descuenta que, en caso de no llover, las pérdidas serían millonarias por las características propias de este cultivo.
La sequía golpea en menor medida al girasol dado que en el norte se están registrando lluvias que permiten un rinde promedio nacional del orden de los 21 quintales con una producción estimada en 3,6 millones de toneladas (un 9% más que el año pasado).
El consultor económico Salvador Di Stefano, dijo que «se espera una cosecha de soja por debajo de las 50 millones de toneladas, aunque algunos pronostiquen 51 millones. El maíz tendrá muchas pérdidas y no sería extraño menos de 40 millones de toneladas».
En el Mercado de Chicago (CBOT) la soja cotizó este martes a u$s 362 por tonelada, mientras que la posición julio se negoció a u$s 370. En el recinto de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) los precios se ubicaron en $ 5.500 por tonelada.
La mala noticia respecto a los precios de la soja es que la sequía en la Argentina no está impactando de la manera que se pensaba en el mercado porque en Brasil hay muy buenos niveles de humedad y se proyecta una cosecha récord 112 millones de toneladas.
Por otra parte, la ausencia de lluvias en el centro del país está generando estragos en sectores de las provincias de La Pampa y Buenos Aires donde -tal como ocurrió en años anteriores- los incendios quemaron miles de hectáreas productivas.
«Desde el comienzo de la temporada alta de incendios en La Pampa se han visto afectadas un total de 665.266 hectáreas con 110 incendios de distinta magnitud y relevancia», comunicó el gobierno de esa provincia por medio de un comunicado.
En territorio bonaerense se cuentan unas 20.000 hectáreas afectadas en Torquist y Sierra de la Ventana donde la provincia envió agua, leche en polvo, helicópteros y aviones hidrantes y continúan trabajando más de 200 bomberos de zonas aledañas.
«Destacamos las medidas de prevención que han llevado a cabo los productores que hicieron los cortafuegos y pudieron prevenir los incendios de mejor manera. Estamos trabajando para frenar estos fenómenos», aseguró el ministro Leonardo Sarquís.
Cabe mencionar que el presidente Mauricio Macri decidió quitarle el Servicio Nacional de Manejo del Fuego al Ministerio de Medio Ambiente -a cargo de Sergio Bergman- para transferirlo al Ministerio de Seguridad de la Nación que conduce Patricia Bullrich.
