La Sociedad Rural de Jesús María (SRJM) difundió un informe preliminar sobre el impacto de la sequía en el centro-norte de Córdoba que dejó como aspecto saliente un dato preocupante para una de las principales actividades productivas de la región: la ganadería.
Según este estudio, realizado en conjunto con la AER del Inta radicada en esa ciudad y productores que forman parte de Grupos Crea y de Cambio Rural del norte provincial, la falta de lluvias dejó a los establecimientos sin reservas forrajeras para afrontar el otoño.
La SRJM elaboró un panorama de la situación en cada departamento y pedanía del norte, en el que se advierte que los rindes medios de cultivos agrícolas están 60 por ciento por debajo de las medias históricas y que “el 100 por ciento de las zonas ganaderas tienen 0 por ciento de reservas forrajeras”.
Carnes
“En relación a la ganadería, el diagnóstico para la entrada del otoño no es muy alentador en el área de vacunación de la SRJM (departamentos Colón, Totoral, Sobremonte, Río Seco y este de Tulumba”, resume el reporte.
Uno de los factores que se considera clave es que, mientras el stock de bovinos creció en las últimas campañas, la superficie agrícola no cedió terreno. “Por lo tanto, en algunos campos la hacienda esta ‘comprimida’, con sobrecarga por hectárea, con lo cual algunos productores comenzaron a ajustar la carga, liquidando vientres”, indica el relevamiento.
Otro dato negativo es que el estado general del rodeo de cría está, en promedio, dos puntos por debajo lo que sería lo ideal (en escala corporal del 1-9, debería estar en 7), a lo que se suma una oferta forrajera que no no va a alcanzar hasta la época de parición.
“La disminución de la oferta forrajera de entre 30 y 40 por ciento provocará déficits nutricionales; el animal utilizará sus reservas corporales para cubrir las demandas alimenticias y perderá estado. La condición corporal al parto y el nivel nutricional durante el servicio determinan la fertilidad de los vientres, con lo cual el animal debería entrar al otoño con una condición corporal de 7, cuestión que no será factible ante el contexto actual de sequía”, precisa el informe.
Granos
En cuanto a la agricultura, entre octubre y marzo llovieron 332 milímetros, la mitad de los 649 que marca el promedio 1913-2016.
Eso impactó de manera directa en algunos lotes que ya fueron cosechados y que arrojaron magros cuatro quintales por hectárea para el caso de la soja.
Cultivos de siembra temprana (principios de la primavera). “Están en muy mal estado. Atravesaron períodos críticos bajo pésimas condiciones ambientales y algunos lotes no se cosecharán”.
Cultivos de siembra “normal” (noviembre en soja y diciembre en maíz). Es el grueso de la superficie en el norte cordobés y los lotes muestran rendimientos muy dispares, en función de si recibieron lluvias dispares en algún momento. “Los lotes están desparejos; sojas de poco desarrollo, pocos entrenudos y muy poco ramificadas, vainas con dos granos generalmente, y maíces de poco desarrollo de planta, de 1,2 a 1,8 metros de altura, con pocos granos, espigas cortas, mal polinizadas y cuajadas”.
Cultivos de siembra tardía (enero). “Los últimos lotes de soja y maíz acusan, todavía, un menor impacto visual de la sequía aunque ya con síntomas de estrés hídrico y térmico en aumento, con lotes menos desparejos que los de siembra de diciembre y aún no cosechados, pero con estimaciones de rendimientos de maíz de 70 quintales por hectárea de máxima”.
Conclusión. “Utilizando los datos históricos de rendimiento y precipitaciones, la expectativa de rendimiento continúa en un 40 por ciento por debajo de los promedios, según zona y cultivo. La cosecha se adelantó más de 20 días en varios campos y los rindes de lotes ya cosechados y de estimados van de cuatro a 26 quintales por hectárea en soja y de 30 a 70 quintales en maíz. A su vez, hay lotes que no se van a cosechar, sobre todo algunos que están sembrados atrás de garbanzo (lotes de segunda)”.