Luego de las quejas de algunas gremiales del campo contra el Ejecutivo para que presida la Comisión de Agricultura en la Cámara de Diputados, algo que no estaba entre sus prioridades, el Gobierno busca al menos mostrar reacción luego de que en los dos últimos años no impulsará leyes para el sector por, según sostienen, falta de quórum. Aunque en honor a la verdad, había otras necesidades. Ahora quieren cambiar la ley de semillas lanzando un proyecto que no es más que una copia fiel de lo establecido entre la industria y los productores, pese a la diferencia notoria entre las entidades. Entienden que si no sale antes de que se inicie el Mundial de fútbol no habrá iniciativas para el agro. En el camino quedan temas como la sequía, las economías regionales, la agricultura familiar y los warrants, entre otros.
Al cierre de esta edición, Agroindustria no había enviado al Parlamento el proyecto para modificar la vieja ley de simientes que data de 1973. Además, fuentes de la Secretaría de Asuntos Parlamentarios manifestaron que tampoco pasó por sus escritorios «ninguna» iniciativa al respecto.
El mismo jefe de la Comisión de Agricultura, el radical Atilio Benedetti, confirmó a BAE Negocios que «no hay novedades al momento y por ahora sigue en la órbita del ministerio en donde aún se trabaja en los consensos», y agregó que ni siquiera «hay otras iniciativas» por parte del Ejecutivo.
El diputado adelantó que por ahora sólo está en la agenda para la semana próxima la presencia de Jorge Todesca, quien dará detalles del nuevo censo agropecuario.
Por lo pronto, se entiende que entre los mismos diputados oficialistas no hay un acuerdo en común sobre qué hacer con las semillas; es decir, no tiene los votos asegurados y, más aún, cuando las entidades mostraron sus diferencias en el último encuentro en donde Agroindustria presentó un «pdf» de lo que sería una ley.
Además, avanza seriamente un proyecto propio de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), que por estas horas busca un consenso con la Federación Agraria para ir con la misma iniciativa.Está claro que la Sociedad Rural Argentina (SRA) y el Coninagro tienen otros intereses.Pero qué piensa la industria.
La Asociación de Semilleros Argentinos (ASA) mantuvo esta semana un encuentro a puertas cerradas para hacer un poco de catarsis, o mejor dicho «para ver por dónde vamos», pero el ánimo no era el mejor y algunos se mostraron «enojados» ante la pasividad de Agroindustria.
Sin embargo, diputados como María Soria (Fpv) impulsarán temas que competen a las economías regionales, «que hoy están devastadas frente a un tema como las semillas, que implican mucho dinero mientras las tarifas destruyeron a sectores como peras y manzanas».
Definitivamente, el oficialismo busca llevar adelante iniciativas como semillas con mínimos acuerdos entre la cadena y sin máximos consensos en su propia bancada. El debate será duro. El lobby, también. Los descubrimientos biotecnológicos deben ser recompensados, pero no a costa de cualquier cosa. Todo en su justa medida. La futura normativa debe solucionar el debate que pueda surgir por la ley de patentes.