Desde hace ya varios años, a partir del desmantelamiento del sistema estadístico implementado por el kirchnerismo, en el sector agropecuario rige un apagón de datos oficiales que hasta el momento el macrismo no pudo o no quiso revertir.
Es que, si bien el Ministerio de Agroindustria difunde periódicamente a la prensa la mayor parte de sus acciones, los productores se quejan porque la cartera que conduce Luis Miguel Etchevehere no está difundiendo datos concretos de la actual sequía.
A esto se sumó el malestar que generó en el agro el hecho de que se haya conocido que el ministro relativizó el impacto de la falta de lluvias en una reunión de Gabinete en la que aseguró que el recorte de la producción se compensaría por la suba de precios.
En el edificio de Paseo Colón sólo se limitan a dar apreciaciones algunos funcionarios de confianza de Etchevehere, pero la ausencia de datos quedó en evidencia en el último informe del 22 de marzo en la que no se observa ni una cifra sobre la sequía.
Este «apagón estadístico» es compensado de alguna manera por las estimaciones que vienen realizando desde hace años la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) y la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), dos entidades sumamente respetadas en el agro.
En Agroindustria sostienen que, si bien ambas entidades tienen derecho a difundir sus propias estadísticas porque son «actores importantes del mercado», sus proyecciones «carecen de precisión», lo que abre un enfrentamiento entre el Gobierno y los privados.
Como sea, la BCBA estimó al inicio de la campaña gruesa una cosecha de soja de 54 millones de toneladas. Pero con el correr de las semanas y ya con datos concretos del impacto de la sequía, la producción fue recortada a 39,5 millones de toneladas.
Los daños también se sintieron en el caso del maíz. La producción del cereal fue proyectada al comienzo de la campaña en más de 42 millones de toneladas. Sin embargo, la sequía hizo estragos y se ubicará en apenas 32 millones de toneladas.
Para la BCR, en tanto, la cosecha de soja se ubicará en 40 millones de toneladas y la de maíz en 32 millones de toneladas. Así, el impacto de la sequía en la economía asciende a u$s 4.600 millones o un 0,7% del PBI y una baja del 21% en las exportaciones.
Por otra parte, ante la falta de datos oficiales, un reciente relevamiento realizado por CREA durante la primera quincena de marzo, afirmó que el 87% de las empresas agrícolas y el 94% de las ganaderas muestran impactos negativos producto de la sequía.
Censo Agropecuario
En este contexto, el INDEC está planificando la realización del próximo Censo Agropecuario a presentarse durante este año dado que el último, en 2008, contiene errores metodológicos y no es tomado en cuenta ni por las autoridades ni en el sector.
El operativo del organismo que conduce Jorge Todesca se desplegará en más de 190 millones de hectáreas y abarcará desde producciones tradicionales y artesanales hasta complejos emprendimientos empresariales que emplean sofisticadas tecnologías.
El coordinador del Censo Agropecuario, Roberto Bisang, dijo que con la implementación de las tabletas digitales se reemplazará el uso de cinco formularios en papel y se logrará un seguimiento del operativo en tiempo real.
En dicho operativo, que se extenderá por 90 días, participarán unos 3.000 profesionales que se ocuparán de relevar las explotaciones. Así se busca obtener datos actualizados sobre el conjunto de las actividades agrícolas, ganaderas, forestales y bioindustriales.
Los nuevos resultados permitirán diseñar e implementar mejores políticas públicas y fortalecer la competitividad del sector privado. «El censo que hace el INDEC es de todos, pero esencialmente es de los productores censados», afirmó Bisang.
