«Lamentablemente los cambios que estamos viendo no son para mejor, es una realidad bastante cruda», fue la primera reflexión del Ing. Agr. Juan Manuel Picco. El profesional que se desempeña en la Experimental Rafaela del INTA nos acompañó prácticamente en toda la campaña de granos en el análisis de la situación de los cultivos, en un período notoriamente negativo por la falta de lluvias.
El Ingeniero remarcó que las proyecciones negativas, que se hacían desde comienzos de año, se confirmaron: «Hace un par de meses que venimos repitiendo semana a semana, aguardando algún pronóstico que anuncien los 50, 100 mm que siempre esperamos para romper la situación crítica por que venimos atravesando.
Llegamos al final de marzo y nunca recibimos esos milímetros, lo cual agravó la situación. Pasamos de un extremo de excesos hídricos a un extremo de sequía. Nunca logramos poder aunque sea acomodarnos, romper ese estrés a través de una lluvia considerable y que el productor pueda administrar y avizorar un mejor futuro cercano».
-Respecto a la soja, los precios de mercado han subido notoriamente. ¿En qué medida ese aumento puede compensar la pérdida de productividad?
-Hablando del precio actual que tiene la soja, uno haciendo los números y manejándose en los rindes promedios la ecuación da bien. Sentado en un escritorio, con lápiz y papel, el número es muy tentador, hablando de una soja de entre $ 5.500 y $ 6.000 de pizarra. Ahora, eso es de escritorio.
La realidad es que el rinde promedio que podemos aspirar para la zona de una soja de primera de 3.000 kg, por poner un número, con el dato de lo que pasó ayer (por el martes) que tuvimos en algunos lugares registros de heladas, no sabemos qué impacto va a tener sobre esa soja de primera.
En la soja de segunda la situación es peor porque esta sí evidencia un estrés hídrico, uno no puede saber cuánto va a rendir en kilos por hectárea y en base a eso qué número va a obtener de su producción. El inicio de cosecha es muy temprano, son lotes aislados que se pudieron haber cosechado. Hacer un contrato a futuro para poder fijar el precio es una incertidumbre también, el mismo productor no sabe cuánto de esa producción va a tener para entregar y cumplir con el contrato.
-¿La magra campaña de soja de segunda tiene que ver con que se encontró con escasa agua en el perfil?
-Puede ser una causa. La soja de primera como decimos comunmente entre los productores se pudo haber colgado de la napa y pudo haber aprovechado esa agua que trajo problemas anteriormente. La soja de segunda sufrió estos tres meses sin las lluvias correspondientes, normales, sumado a que probablemente haya venido de un cultivo de trigo, que es normal que consuma esa agua. Se espera que se recargue el perfil entre primavera y verano y no ocurrió eso.
La soja tuvo sus herramientas como para poder amortiguar ese estrés, acortó nudos, floreció anticipado y demás, pero con la baja de temperatura que estamos viendo ahora, no sabe para dónde salir. En la misma planta tiene flor y tiene chaucha, está en dos estadíos distintos, con una situación térmica que le está indicando que tiene que terminar el ciclo. Se encuentra en una situación crítica.
-Respecto a los sistemas mixtos, ¿son muchos los productores que sacaron sus animales a pastorear sobre los cultivos?
-Sí, es una alternativa que muchos productores mixtos de la zona están analizando y otros ya han puesto en práctica. Pastorear la soja, hacer un silo, lo mismo pasa con el maíz. Maíces que estaban destinados para grano los picaron para silo. Alternativas que desde el inicio del cultivo no estaban pensadas, no es la solución pero para que el impacto negativo sea lo menor posible, son alternativas que se están usando.
-Pensando en lo que viene, en los resultados del trigo en las últimas dos campañas, ¿se complica el siguiente ciclo?
-Lamentablemente tengo que decir que lo que tiene que pasar es que tiene que llover, desde un punto de vista tal vez no tan económico sino más bien técnico. Al día de hoy el perfil no tiene agua disponible y el trigo se hace con el agua que tiene en el perfil. En años normales llueve poco durante el invierno, entonces la estrategia que se utiliza es medir el agua que está disponible en el suelo, previo a la siembra.
En base a eso si hay los milímetros considerados sí se realiza la siembra del cultivo. Ante esta situación que tenemos hoy, no tuvimos las lluvias que decíamos que íbamos a tener en febrero, en marzo. La campaña de trigo por el momento no está en duda, pero para que se pueda llevar adelante sin ningún problema desde el punto de vista hídrico, tiene que llover.
