El 20 de marzo, tal como lo informamos en nuestra Noticia del día, China acordó la adaptación de sus exigencias para la carne americana.
Este compromiso había sido convenido en la Fase I del acuerdo firmado en enero por los presidentes de ambos países, primer paso para tratar de solucionar los diversos problemas comerciales que vienen afectando los intercambios mundiales desde hace varios años.
Específicamente para la carne vacuna, las provisiones son:
- Se acepta la carne de animales de cualquier edad producidos a partir del 17 de marzo.
- Asimismo, la mayor parte de las menudencias.
- Se amplía el número de frigoríficos aprobados, aceptando el criterio del USDA.
- Quedan excluídos la carne separada mecánicamente y ciertos subproductos de animales de más 30 meses de edad, tales como sesos, cráneos, ojos, glándulas y otros vinculados al sistema nervioso central.
- Se establecieron límites a los residuos de promotores de crecimiento (zeranol, acetato de trembolona y acetato de melangesterol) que hasta ahora estaban prohibidos.
- Se mantiene la tolerancia cero para residuos de ractopamina en carne vacuna.
También se flexibilizaron condiciones para la importación de productos porcinos, de ave y ovinos (sólo tripas en este caso, no carnes).
Productores e industriales de la carne saludaron con gran euforia los citados cambios, que permitirán una penetración mucho mayor en el mercado chino que se está empezando a desentumecer, tras la crisis desde fin de año.
Hay que tener presente que, desde que fue habilitada por China la carne estadounidense en junio de 2017, ese país no logró superar un promedio mensual de embarques de 600 toneladas hasta 2018, que no llegó a mil t en 2019, y ni siquiera alcanzó a 2 mil t en diciembre último, en el pico de los embarques mundiales, cuando sus competidores del Mercosur y Australia enviaban cantidades 20 a 40 veces superiores, cada uno.
No obstante, a pesar de estas mejoras, que son sustanciales desde el punto de vista sanitario, la carne de EE.UU. seguirá enfrentando sobrearanceles en China, impuestos desde el inicio de la guerra comercial.