Para evitar disrupciones en el abastecimiento interno de carnes, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, firmó anteayer un decreto que ordena a diferentes organismos del Estado a hacer todos los esfuerzos para mantener abiertas las industrias, que en algunos casos fueron forzadas a parar por autoridades estaduales y sindicatos.
El sector de las carnes (rojas y blancas) de EE.UU. fue especialmente afectado por la pandemia del coronavirus. Hubo plantas, algunas muy grandes, que debieron interrumpir sus actividades a causa de un número importante de sus operarios que fue contagiado.
Para el cumplimento de la norma, el USDA deberá actuar en acuerdo con otras agencias de control, como el CDC (Centro para el Control y Prevención de Enfermedades), y la OSHA (Administración de Seguridad y Salud Ocupacional).
Cabe recordar que, según afirmaciones de algunas instituciones del sector, en los dos últimos meses 22 plantas debieron parar, afectando el 25% de la capacidad de faena de cerdos y el 10% de la de bovinos.
En cuanto al decreto, parece improbable que se logre el objetivo en plantas muy afectadas por los contagios. También crea incertidumbre en cuanto al alcance de la responsabilidad de las industrias en una decisión que está forzada por el gobierno federal.
La posición sostenida por el mandatario acerca de la cuarentena y el distanciamiento social también ayuda a rodear de dudas la decisión.
Habrá que ver cómo sigue este asunto para poder contar con una comprensión mejor.