La harina de trigo no faltó durante la cuarentena, ya que el consumo superó apenas los 87 kilos por habitante en abril pasado. Este nivel se ubica próximo al promedio registrado en las últimas dos décadas. Sin embargo, su valor al superar los $41 por kilo, aunque con un alza interanual del 35%, se situó un 7,4% por debajo del nivel de inflación registrado en los últimos doce meses.
Así lo consigna el último informe elaborado por el IERAL – Fundación Mediterránea, que firma de Nicolás Torre, donde se indicó que “la mayor oferta relativa de harina per cápita en el mercado interno en el último año y medio permite que el precio de la harina en términos reales (a precios constantes de abril de 2020) disminuya desde valores elevados a finales de 2018, año en que la oferta de harina apenas superó los 82 kilos per cápita”.
La producción de harina de trigo en el primer cuatrimestre de este año alcanzó 1,5 millones de toneladas (al tiempo que la demanda doméstica se estimó en 1,3 millones de toneladas con un consumo per cápita de 87,4 kilos por habitante), mientras que en igual lapso se exportaron unas 215 mil toneladas, según los datos aportados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec). En los últimos veinte años, el promedio de consumo per cápita ascendió a unos 88 kilos.
Atento a las complicaciones que pudiera generar la irrupción del coronavirus con el confinamiento social dispuesto desde el 20 de marzo pasado, el mercado harinero local se vio presionado por cierta incertidumbre frente a las dudas que proponía la capacidad del sector de satisfacer o no la demanda de este producto en tiempo y forma durante la cuarentena. Esto llevó a que referentes de la actividad salieron desde fines de marzo a ratificar que la provisión es “fluida y normal” del producto, y que “no existía probabilidad de desabastecimiento”.
Molienda
Ya en abril, con la publicación de los datos de molienda, se lograron despejar toda duda respecto a los temores que se generaron en el mercado local. Según la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), en el cuarto mes del 2020 la molienda de trigo pan había aumentado un 7,5% contra marzo anterior. Allí se registró un incremento del 19% en la molienda en Córdoba, al igual que en Santa Fe y Entre Ríos, donde se constataron alzas de casi un 17% y del 10,5%, respectivamente.
Según los especialistas del IERAL, “esto representa un excelente dato para el consumidor, debido a que se constata que la oferta de harina de trigo no escaseó en el mercado interno durante el aislamiento obligatorio, y, por tanto, de mantenerse esta tendencia, ayudaría a contener los precios de este insumo y, por tanto, de los alimentos de base farinácea (panificados, pastas, etc.)”.
Entre otros datos y conceptos presentados por el economista de la Fundación Mediterránea figuran cuestiones como que la molienda de trigo pan aumentó un 7,6% en abril con respecto a marzo de 2020, aun bajo pleno desarrollo del aislamiento obligatorio para contener al coronavirus.
En una mirada regional, considerando los datos para el primer cuatrimestre 2020, se observa una mayor concentración de la actividad industrial en la provincia de Buenos Aires (cuya molienda en el último mes solo aumentó un 3,3%, muy por debajo de otros distritos), en desmedro de las restantes localizaciones geográficas.
“La mayor oferta relativa de harina per cápita en el mercado interno en lo que va del presente año, está permitiendo que el precio de la harina en términos reales (precios constantes de abril 2020) disminuya desde valores elevados a finales de 2018, convergiendo al valor promedio de los últimos veinte años”, manifestó el informe de la Fundación Mediterránea.