n agosto de 2018, las autoridades chinas denunciaron el primer brote de fiebre porcina africana. Una enfermedad que se ha difundido por China y la mayor parte de Asia y que ha originado una verdadera conmoción en el mercado mundial de carnes.
Entre 2018 -el último año “normal”- y 2020, la producción china de carne de cerdo cae de 54 millones a sólo 38 millones de toneladas. La disminución no es mayor porque ya a mediados de este año se registra una lenta pero persistente recuperación tanto de la faena de cerdos como del peso medio de matanza.
Las autoridades aseguran que la peste, que mata al 90 por ciento de los cerdos que infecta y que no se transmite al hombre, hoy ya estaría controlada.
Los precios locales del lechón de engorde y del cerdo terminado son tan altos -entre tres y cuatro veces el precio internacional- que el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (Usda) estima la rentabilidad de la cría y engorde de un cerdo de unos 120 a 150 kilos en unos 400 dólares por cabeza.
Compensación
Para enfrentar un faltante del orden de las 18 millones de toneladas de carne, el gobierno chino ha fomentado las importaciones de carne porcina, que pasaron de 1,46 millones de toneladas en el 2018 a las 4,30 millones de toneladas este año. Representa un volumen adicional de 2,84 millones de toneladas en dos años. En relación a la carne vacuna, se observa en el mismo período que las compras al exterior pasaron de 1,37 millones de toneladas en 2018 a 2,6 millones de toneladas en 2020: 1,23 millones de toneladas más.
Hay también un aumento muy vigoroso de la producción china de carne de pollo -3,3 millones de toneladas en dos años-, lo que limita el incremento de las importaciones de este tipo de carne a sólo 580 mil toneladas.
En resumen, un faltante de 18 millones de toneladas de carne de cerdo, el producto por excelencia de consumo masivo y un símbolo para China de la prosperidad económica de su población, ha sido compensado sólo de manera parcial por un aumento de las importaciones de carne del orden de las 4,65 millones de toneladas .
Para 2021, el Usda prevé que la producción doméstica de carne de cerdo se incremente de 38,0 millones de toneladas previstas para este año a unas 41,5 millones. Ese aumento interanual de 3,5 millones de toneladas colocaría la producción local unos 12,5 millones de toneladas todavía por debajo del registro de 2018.
Pese a los enormes volúmenes de carne importada (cerdo, vacuno, pollo), el precio al mostrador de los cortes de cerdo está todavía 100 por ciento por encima de un año atrás.
Espectativa creciente
Las recientes inundaciones -en muchas zonas, las peores en 50 años- y los intensos testeos que se están realizando a los alimentos importados, que traban y demoran el paso de la carne por los puertos y por la aduana, han originado ahora escasez del producto. Además de provocar un rebote en los valores domésticos de la carne de cerdo, que habían bajado en el primer semestre del año.
China es exhibe como un mercado imprevisible, “inmaduro”, “estructuralmente volátil,” y con una gran demanda y potencial. Sin embargo aún está muy afectado por la fiebre porcina y por el Covid-19. En el mediano plazo, el país asiático puede aumentar su producción de carne porcina y de carne aviar, pero difícilmente logre un incremento significativo en su producción de carne vacuna. Esto sucede porque en la generación de cortes bovinos no tiene ventajas comparativas y competitivas.
El fuerte aumento reciente del consumo de carne vacuna vino para quedarse, y es previsible que con el paso de los años aparezca en este país una demanda creciente por cortes enfriados de alto precio, para parrillas y restaurantes; cosa que hasta ahora no ha sucedido.