La producción de carne argentina empieza a recuperar espacios, con el mercado asiático a la cabeza. Con una producción bovina que de manera paulatina empieza a virar hacia un novillo más pesado, la carne argentina goza de un prestigio que constituye una carta de presentación de peso. “La marca argentina es top de calidad a nivel mundial y hay una demanda creciente. China creció como importador, al igual que otros países asiáticos y esta transformación es una oportunidad”, analizó Vilella, en diálogo con delsector.com
Para el especialista, Argentina debe responder a esta tendencia con un incremento productivo, y mejorar un sistema que presenta marcadas disparidades, con una alta brecha en la producción de carne. En este sentido, y a contramano de un mercado interno que demanda animales livianos para el consumo, señaló que “se empieza a reconfigura la población de novillo”.
En este contexto, Vilella sostuvo que las medidas oficiales para transparentar el negocio ganadero, tales como el uso obligatorio de Controladores Electrónicos de Faena (CEF) y el depósito de Fondos de Garantías “muestran una reacción de la cadena”.
El panorama internacional es favorable para la ganadería argentina, pero con matices. Por un lado Europa, un mercado que demanda calidad pero se halla inmerso en un proteccionismo cada vez más fuerte, con Francia a la cabeza. En el caso del acuerdo entre Mercosur y Unión Europea, en donde se está negociando el volumen de carne que se venderá al viejo continente, Vilella sostuvo que “es importante, pero el mercado del futuro es China”.