Hay una oferta ganadera muy alta, pero que no alcanza para una exportación que está en sus máximos históricos, y que “arrincona” a un consumo debilitado.
Es muy intensa la demanda por vaca (gorda, conserva, manufactura), de la mano del pico estacional del requerimiento de China. El precio neto de la vaca –en gancho, en kilos en la mesa de despostado- ha subido tanto que induce a los exportadores en dirección al novillo pesado. Hay más novillos que hace un año, pero hay mucha más demanda, pese al nuevo derrumbe del mercado Hilton.
China lleva de todo, porque no hay vaca suficiente para cumplir los contratos con el gigante asiático. Queda la duda sobre qué pasará con esta inusual demanda por vacas y novillos, cuando dentro de unas semanas, como todo indica, las compras chinas empiecen a reducirse, al llegar los embarques de diciembre después de los festejos del año nuevo lunar.
La mayoría de los operadores del mercado ganadero piensa que en las próximas semanas, posiblemente antes de fin de año, el precio de la hacienda tendrá una fuerte corrección. Argumentan que, según todas las referencias, la suba del precio del maíz y una relación de compra-venta muy negativa han llevado las pérdidas por animal engordado a corral a niveles tales que los feedlots se están vaciando aceleradamente.
Este proceso se habría iniciado hace ya dos meses y agravado en las últimas dos semanas, con el rebote del precio de la invernada y con la dificultad creciente de conseguir maíz, aún a valores de pizarra.
El precio del gordo está atrasado; los feedlots están reponiendo sólo una porción del gordo que venden, y la suba de precios del consumo liviano, que todos los años se da en enero-febrero, esta temporada se adelantaría a noviembre-diciembre. Estaría al caer.
Los principales sostenedores de esta tesis alcista son los matarifes y los feedloteros.
Otra mirada
Hay otra visión del problema. Hasta fin de octubre, la oferta ganadera viene comportándose de una manera normal, con niveles de faena apenas por debajo de iguales meses del 2019. Se trata de los volúmenes de oferta de carne vacuna más altos en una década.
En cuanto a la reposición de los feedlots, si bien la mayoría estaría vendiendo más de lo que reponen, eso sucede todos los años para esta época. El índice de ocupación de los corrales a principios de noviembre era 62 por ciento, contra 64 por ciento de octubre último y 61 por ciento de noviembre del año pasado.
El ingreso de hacienda a los corrales registrados por Senasa habría sido en octubre sólo un dos por ciento inferior al año pasado. El ingreso de agosto-octubre de este año, también de acuerdo a la misma fuente, resultaría un 1,2 por ciento más alto que igual período del año anterior. Habría hoy encerradas 1,5 millones de cabezas, contra 1,65 millones de mediados de año.
Un tercer indicador, que sería el “traslado de terneros y terneras” (al campo y al feedlot), que publica el Ministerio de Agricultura de la Nación, registra en el trimestre agosto-octubre una caída de sólo 1,3 por ciento con respecto al año pasado.
En resumen: ni el índice de ocupación de los corrales, ni los registros oficiales de ingreso de invernada, ni la cantidad de terneros trasladados, permiten anticipar en el corto plazo cambios drásticos en la oferta de ganado liviano de consumo. Ya se está gestando un faltante, pero este se manifestaría más adelante.