Para aquellas personas que tienen explotaciones agropecuarias, sin ser esa su principal actividad, controlar la actividad es un gran desafío. Tal fue el caso de un abogado que viven en Buenos Aires, pero que tiene campo en Córdoba. Si bien el empresario no estaba disconforme con el encargado del establecimiento, entendía que quizás éste no estaba tomando las mejores decisiones. En definitiva, necesitaba otra mirada acerca de su negocio, más allá de la confianza que tenía por su equipo de trabajo, y la auditoría de gestión es la herramienta que aportar esa información faltante.
Auditoría de gestión
Desde Grupo Cencerro le contamos sobre las auditorías de gestión, cuyo fin es revisar la gestión del establecimiento usando la información de la campaña pasada para identificar puntos de mejora.
Luego de consensuarlo con nuestro cliente y aproximando lo mayor posible a sus
inquietudes, nos propusimos responder tres preguntas:
1. ¿Coinciden las facturas pagadas a proveedores desde la oficina de Buenos Aires con la asignación de costos entregada por el Ingeniero Agrónomo a cargo de la explotación?
2. ¿Existe razonabilidad en la aplicación de los insumos comprados y el planteo técnico planteado? ¿El planteo es el más rentable posible?
3. ¿Los precios de los insumos comprados y servicios contratados coinciden con los precios de mercado en la zona de la explotación?
Resultados
En primer lugar, pudimos afirmar que las facturas pagadas coincidían con las aplicaciones en el campo. Esto tuvo un valor fundamental y es que revalidó la confianza dentro del equipo de trabajo.
En segundo lugar, concluimos que el planteo técnico que propuso el ingeniero agrónomo era razonable en torno a los insumos que se aplicaron pero no fue así con la rentabilidad ya que en este ámbito existían muchas oportunidades de mejora. Este fue el punto más destacable de la auditoría. La cantidad de fertilizante aplicada aumentó los costos un 90% comparándolo con una explotación de la misma zona pero el rendimiento aumentó un 30%. Esto significó una diferencia económica negativa de aproximadamente USD 50.000.-
Pudimos concluir que, más allá de los buenos rendimientos producidos, la opción elegida por el ingeniero no fue la más rentable económicamente.
En tercer lugar, pudimos identificar que los precios de los insumos comprados tenían precio de mercado y, más allá de que existen en la empresa oportunidades de mejora en la política de compra de insumos, esto no había sido un problema grave en la campaña.
Conclusión
El aprendizaje es que no alcanza con tener el mejor planteo productivo posible, la mirada económica y financiera dentro de una empresa agropecuaria es fundamental. De ahora en más, la incorporación de un actor que sea capaz de analizar este tipo de información será clave para mejorar.