Antes de la crisis, la cooperativa tenía 5.100 empleados y hoy quedan 3.300 y se aspira a achicar aún más la planta para llegar a 3.000 cuando los directivos encaren sus negociaciones de alianza con la empresa neozelandesa, Fonterra
Mientras termina de definir los términos de la asociación que la vinculará con la compañía neozelandesa Fonterra, la cooperativa SanCor apura su proceso de reestructuración, que incluye la venta de parte de su patrimonio y la reducción de su personal.
En menos de dos años, la empresa láctea redujo 35,3% su personal. Según calculó el diario La Voz, de los 5.100 trabajadores que tenía cuando entró en crisis en 2016, hoy quedan alrededor de 3.300 empleados.
En esa cifra no están contemplados los empleados que se transferirán con las ventas de las plantas de Brinkmann, Centeno (Santa Fe) y Coronel Charlone (Buenos Aires), que sumarían otros 100.
Recientemente, la cooperativa Huanchilla se hizo cargo de la planta quesera ubicada en Coronel Moldes y absorbió a 32 trabajadores que reportaban a Sancor.
La reestructuración de personal se aceleró durante el año pasado, luego de que la crisis económica por la que atravesaba la cooperativa la obligó a reducir sus costos operativos.
A través de un plan de retiro voluntario, que en principio estaba sólo disponible para el personal con mayor antigüedad, y de acuerdos prejubilatorios, la empresa encaró una adecuación de su plantel de trabajadores a los tiempos actuales.
A eso se sumó la transferencia de casi 500 trabajadores a mediados de 2016 al Grupo Vicentin, que a cambio de u$s100 millones se quedó con las dos plantas de frescos ubicadas en Monte Cristo y en Arenaza (provincia de Buenos Aires), donde se elaboran las líneas de yogures, flanes y postres.
Para la estructura con la que sus directivos pretenden encarar la alianza con Fonterra, el número de 3.000 trabajadores sería el adecuado, más si se tiene en cuenta que Sancor tiene bajo su órbita las áreas de logística y de comercialización a nivel nacional.
Crisis y pérdidas
Con una producción industrial que ronda los 1,4 millones de litros diarios de leche, menos de la mitad de los 3,5 millones de litros que procesaba antes de la crisis, la estrategia de SanCor es continuar reduciendo su rojo operativo.
Si bien las pérdidas mensuales se han morigerado, a partir de la reducción de los costos, el rojo sigue presente en las cuentas de la empresa. Un fideicomiso, integrado por los recursos que genera y el dinero aportado por el Gobierno, es el encargado de tener al día las cuentas de la empresa. El grueso de la deuda está dentro del Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE), a través del cual negocia con sus acreedores.
Aún no ha trascendido cómo se conformará la sociedad con Fonterra y cuál será la participación de ambas empresas. Lo que ya estaría definido es que SanCor conservará su denominación para el negocio de la producción primaria. En la actualidad, la cooperativa cuenta con 800 tambos asociados, muy lejos de los 12.000 que tenía como proveedores 30 años atrás.
A comienzos de enero SanCor vendió su participación en Afisa, una empresa en Porteña que industrializa suero de quesos, a cambio de u$s33 millones.
Embarques de lácteos: la peor cifra en 14 años. La crisis que atraviesa la empresa SanCor -la mayor exportadora de productos lácteos del país- impactó de lleno en el comercio exterior del sector. De acuerdo con cifras del Ministerio de Agroindustria de la Nación, durante el año pasado se embarcaron 226.000 toneladas de lácteos, un volumen 24,7% inferior al registrado en 2016. Se trata de la peor performance de las exportaciones argentinas de lácteos desde 2003.
Para la estructura con la que sus directivos pretenden encarar la alianza con Fonterra, el número de 3.000 trabajadores sería el adecuado, más si se tiene en cuenta que Sancor tiene bajo su órbita las áreas de logística y de comercialización a nivel nacional.
Desde que puso en marcha su programa de reconversión, SanCor ha logrado reducir sus costos operativos; no obstante, sus números siguen siendo deficitarios.
Fuente: iProfesional