En la década del ’80 del siglo pasado, el consumo del total de carnes era de aproximadamente unos 100 kilos/habitante/año, donde la carne vacuna acaparaba 80 kilos y el resto se repartía en porcina, ovina, caprina y pescado.
En declaraciones al programa radial «El lunes puede esperar» (FM Millenium), Daniel Urcía, presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentina (Fifra), en 2020 se calcula que los argentinos consumieron alrededor de 120 kilos de carnes, ubicando al país cuarto en el ranking, detrás de la lista Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda
Un retroceso y dos avances
Según Urcía, «el año pasado el consumo se repartió en 50 kilos de carne vacuna, 49 a 50 kilos de pollo y 19 de cerdo, más de 4 a 5 kilos de carne de pescado, cordero, cabrito, etc».
La carne de pollo experimentó un crecimiento de 3 kilos/habitante/año en un año, alcanzando por primera vez a la carne vacuna con 50 kilos, mientras que el consumo de carne de cerdo viene experimentando un incremento de 1 kilo por año. El consultor privado Juan Uccelli proyecta que en 2030 el consumo de carne porcina alcanzará los 30 kilos/persona/año.
Para Urcía, la diversificación de carnes se debe a que «culturalmente hay un estilo de vida diferente en el siglo XXI, donde los carnívoros varían su dieta. Por eso sostener los 50 kilos es un muy buen número para la carne vacuna Argentina y hay a que producir más para sostenerlo. La población seguirá creciendo y tenemos que acompañar. En 1980 éramos 27 de millones de argentinos y hoy somos 45 millones, produciendo la misma cantidad de carne».