El Gobierno, a través de la Resolución 131/21, decidió rever los subsidios al sector energético con destino a la industria. “Se involucraría a muchas cooperativas a lo largo del país”, destacaron desde la entidad.
“Estamos seguros de que estas medidas tienen un impacto en el desarrollo de nuestras economías regionales, con aumento de costos, en general en los índices de inflación”; sostuvieron desde Coninagro. Al mismo tiempo, expresaron que estos incrementos, sumado al aumento de los combustibles, no son una buena noticia para el productor.
Por su parte, el presidente de Coninagro, Carlos Iannizzotto señaló: “Entendemos que se debe revisar el incremento tarifario considerando el momento en el cual se aplica, las particularidades de cada sector y de cada economía regional, en este sentido, creemos que la aplicación de los incrementos debe ser progresiva”.
También sostuvo que es necesario fortalecer las líneas de financiamiento de acuerdo a cada realidad productiva que permitan una mayor eficiencia en el uso de la energía eléctrica. “Consideramos que es necesario avanzar con políticas que permitan recomponer las cuentas fiscales del Estado. No obstante, estas acciones deben ser consensuadas con el sector privado, en función de la realidad y particularidad de cada sector de manera de elaborar un plan de acción energético a mediano y largo plazo”, aclaró Iannizzotto.
Desde la entidad destacaron que la quita de subsidios implicó un incremento de 63% en los cargos para los usuarios con un consumo de potencia de más de 300 KW, también impactó en los usuarios con una potencia menor.
Desde la entidad señalaron que, si bien esta medida afecta principalmente a industrias grandes, también afecta al sector agropecuario, comercial y de construcción. En el estudio publicado por Coninagro se estima que el impacto de esta medida generaría un incremento de 41% en el costo de la temporada de elaboración para aquellos establecimientos que igualan o superan los 300 KW de potencia.
Analizado en ejemplos concretos, desde la entidad señalaron que se calcula que, en la elaboración de un vino tinto, los incrementos tarifarios representan un aumento en los costos de entre el 18% y el 21%.