La Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR) difundió su índice INCAIR que mide la actividad en el rubro. En febrero, el índice fue 8,7% inferior al mes anterior, que juzgan como una diferencia poco significativa dado que se trató de un enero atípico con mayor actividad de la media histórica, que anticipó el repunte estacional del mercado.
Super Campo dialogó con Juan José Madero, presidente de la CAIR sobre la actualidad del sector.
-¿Cómo se puede caracterizar la actualidad el mercado inmobiliario rural?
-Por la firmeza de los del valor de granos y carnes, la demanda para alquilar campos está muy sostenida, sobre todo para hacer agricultura está demandado, mientras en ganadería está un poco relegado el norte del país. En la Pampa Húmeda se están pagando valores de alquiler un 15% por encima de la campaña anterior.
-¿Qué valores de alquiler se están manejando?
-En agricultura, la clásica referencia es de campos en zona núcleo, donde los contratos hoy se manejan entre 20 y 22 quintales de soja. En ganadería, un contrato de tres años, un campo de Cuenca del Salado se paga 65 kilos por hectárea al año. Todos los alquileres se pagan en pesos. En dólares reales, el margen bruto es del 2%, que para un alquiler de campo es muy alta, ya que la tierra siempre tiene una renta muy baja. Por eso es un momento para decidirse para analizar la compra de un campo y alquilarlo, porque la demanda está muy firme.
-¿Cómo está la situación de compra y venta?
-Los propietarios asumieron la baja del año pasado y están dispuestos a negociar con estos precios. El inversor está encontrando que su oferta hostil no prospera y tiene que negociar. Las operaciones concretadas son de medianas a chicas, por debajo de los 2 millones de dólares y en zonas pampeanas.
-¿Cómo se comportó la actividad durante el año pasado con la pandemia?
–El año pasado fue antinatural. La limitación para circular, cualquier operación nace con al recorrida y quien invierte tiene que verlo y se trabajaron muchas operaciones que no pudieron siquiera nacer porque no se podía viajar. Luego cambió el escenario.