Hace diez años, el feedlot Los Corrales de Nicanor comenzó a funcionar con un imperativo complejo: ajustar cada engranaje del manejo para enviar todos los días entre 350 y 400 animales al frigorífico de Friar en Reconquista (la mitad de la hacienda diaria que necesita la planta), que emplea a más de 700 personas.
En la actualidad, es el feedlot argentino que más animales exporta con la Cuota 481 a Europa. Además, engorda a medida categorías para otros mercados y también para el consumo interno en la red de carnicerías de Friar. Tiene capacidad instalada para manejar 30.000 cabezas en 188 corrales que se distribuyen con prolijidad en un campo de 460 hectáreas, ubicado a 40 kilómetros de Reconquista.
Clarín Rural recorrió el establecimiento junto a Dante Sartor, director de Friar, y Javier Maggio, el ingeniero que lo gerencia, para saber cómo se maneja un feedlot diversificado y especializado en las distintas variantes del novillo pesado. “El año pasado procesamos 188.000 cabezas y en el 2017 faenamos unos 210.000 animales, una cifra que representa un crecimiento interanual de entre un 6% y un 10%”, destacó Sartor.
Las amplias calles del establecimiento conectan 188 corrales en un campo de 460 hectáreas, Hay capacidad para alojar 30.000 animales.
La infraestructura del feedlot se divide en cuatro áreas centrales: instalaciones de recepción de los animales, patio de comidas (con dos mixers, silos con capacidad para almacenar 1.600 toneladas de concentrado, una celda capaz de contener 800 toneladas de burlanda húmeda de maíz y un playón de acopio de fibra), corrales de engorde e instalaciones de salida del gordo. También hay lagunas de evaporación y un sistema de bombas que abastece una geomembrana, con capacidad para 3 millones de litros de agua, que luego se distribuye en la red de bebederos de los corrales.
El peso con el que ingresan los animales es variable y depende del mercado al que va destinado ese rodeo. “Un novillito ideal para la Cuota 481 entra con 300 kilos, diente de leche y entre los 180 y los 200 días lo tenemos listo, con un peso de 470/480 kilos”, precisó Maggio.
El manejo es delicado porque en buena parte del ciclo de engorde el porcentaje de fibra es bajo. Maggio señala con el dedo un corral con rodeo de la Cuota 481, que lleva 170 días en el feedlot, y pregunta: ¿cuál es la hazaña? “Que no hay exceso de grasa -se contesta- y eso se logra por la muy buena calidad del personal y el equipamiento de racionamiento. Solo tenemos 12% de grasa a faena”, aseguró.
La Unión Europea es uno de los mercados que abastece el establecimiento, pero también el sudeste asiático y medio oriente, entre otros.
Para conseguirlo, el equipo de nutricionistas logró resumir en cuatro recetas las raciones para el rodeo. “La diferencia sustancial entre las dietas es el porcentaje de fibra y el de concentrado”, explica el gerente de “Los Corrales de Nicanor”. Los ingredientes esenciales son cuatro: concentrado, burlanda húmeda de maíz (como aporte proteico), fardos de perilla de algodón o megafardos de alfalfa (las dos fuentes de fibra).
La burlanda la incorporaron en el 2013, cuando el Grupo Vicentín -dueño de Friar y también del feedlot- comenzó a operar su planta de etanol (la perilla de algodón también viene de una empresa algodonera del grupo). “Yo había visto el potencial de la burlanda en Estados Unidos y me asombró. Desde que la incorporamos, nunca la sacamos de la dieta”, aseguró Maggio.
Los novillitos que tienen como destino la Cuota 481 -que es muy estricta en sus requisitos- reciben más tiempo la dieta de acostumbramiento para cuidar el “sobre-engrasamiento” que un animal de la categoría Unión Europea, por ejemplo. “A este tipo de animal lo acostumbras 15 días con un porcentaje de fibra relativamente alto y después lo pasas a la ración 4, que está armada con un 5% de fibra, un 33% de burlanda y un 62% de concentrado”, explica.
El tiempo de engorde varía de acuerdo a la categoría. El rodeo Unión Europea, que ingresa con 400 kilos, se termina entre 45 y 60 días. En cambio, el Cuota 481, cuyos animales ingresan con 300 kilos, lleva entre 180 y 200 días. Un ternero de consumo, para el mercado interno, llega con 200 kilos y los 110 días está listo para la planta de faena. También producen un novillo de 430 kilos, cuyos cortes se exportan a Marruecos, entre muchas otras categorías.
Las razas que predominan son Braford, Brangus -ideales para el rigor del noreste santafesino- y desde hace unos meses tienen un corral con animales de la raza africana Bonsmara que llegaron desde Formosa.
Como en todo feedlot, la ecuación clave del negocio es cuántos kilos de alimento se necesitan para producir un kilo de carne. Maggio muestra los números con las planillas de excel en la mano.
“En un año normal, con 12 kilos de ración logramos que el animal engorde un kilo, pero en algunos tramos del 2017, que fue muy seco, necesitamos hasta 13,8 kilos de ración para lograr ese mismo objetivo”, reconoció el gerente del feedlot.
En los animales de la Cuota 481, la conversión fue de 11,5 kilos de ración por cada kilo de carne. En los años buenos, el promedio del feedlot fue de 10,5 kilos de alimento para lograr un kilo de carne.
“Estimamos que en estos diez años más de 560.000 cabezas pasaron por este feedlot”, concluyó Sartor.
Una inversión millonaria para producir biogás
La empresa Friar y el equipo de Los Corrales de Nicanor -formado por unas 30 personas-, están analizando distintas posibilidades para seguir creciendo. Una de las más interesantes se concretó a finales de 2017, cuando anunciaron que junto al grupo italiano Ergon construirán dos plantas de biogás para obtener energía renovable a partir de los desechos del feedlot. La inversión será de 12 millones de dólares.
Una de las plantas de biogás se instalará en el frigorífico de Reconquista y la otra en el feedlot.
Cuando las dos plantas estén operativas, una va a estar en el feedlot y la otra en el frigorífico de Reconquista, generarán 2 megavatios de energía eléctrica por hora a partir de los efluentes y otros desechos orgánicos del rodeo.
El proyecto prevé poner en marcha las plantas a partir de agosto de este año y recuperar la inversión en cuatro años.
Fuente: El Clarin