Las exportaciones argentinas de carne de feedlot a la Unión Europea, conocida como la Cuota 481, viene creciendo tanto en volumen como en participación.
En el primer semestre del período 2017/18 (cada período va desde julio a junio) se enviaron 3.743 toneladas de carne de feedlot contra las 1.800 toneladas que se habían embarcado el ciclo anterior en esta misma etapa. Y además, ya se superó el total de la cuota este último ciclo había que sido de 3.700 toneladas.
Por lo que ante este crecimiento también aumentó la participación de Argentina en la cuota, que para este año es de 45.000 toneladas distribuidas en 6 países. Anteriormente era de 48.200 pero se achicó porque Canadá hizo un acuerdo de libre comercio con la UE.
Durante el primer año (2014/15), la Argentina tuvo poca participación porque el primer embarque fue en marzo y en julio se terminó la cuota. Pero fue el punto de partida para el despegue.
En el período 2015/16 la participación argentina fue de 4,6% mientras que en la 2016/17 fue de 7,5%. Y en los primeros seis meses del presente período alcanza el 16%.
Precisamente, Uruguay fue el país con mayor presencia del último año de la cuota, con 32,8%, detallaron desde Cámara Argentina de Feedlot (CAF); le continuó Estados Unidos, con el 31,5%;, luego, en tercer lugar se ubicó Australia, con el 27,7% y Argentina, con el 7,5%. Los otros dos países que participaron fueron Nueva Zelanda y Canadá, pero las exportaciones fueron insignificantes.
Otro dato interesante es que la cantidad de hacienda remitida a faena (año calendario) en el 2017 superó al 2016 en un 87%. En este último año hubo 119.080 cabezas y en 2016 había sido de 63.689 cabezas que salieron desde los feedlots con destino a la cuota 481, según datos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
«A pesar de los problemas logísticos que tiene la cuota, hay un gran interés importante por parte de los compradores», aseguró Fernando Storni, gerente general de la Cámara Argentina de Feedlot.
Según explicó el directivo, la cuota está dividida en trimestres por lo que los contenedores con carne deben llegar a Europa apenas comienza el mismo. “Esto implica programar toda la faena. El productor debe trabajar con la industria a la par porque sino va a terminar vendiendo los animales para el consumo interno”, aclaró Storni.
Fuente: El Clarin