El Ing. Agr. Oscar Bertín, asesor privado y referente técnico de Biscayart Semillas, elabora periódicamente un informe sobre forrajeras templadas con conceptos y datos que contribuyen a la planificación de los sistemas ganaderos pastoriles más intensivos.
En una reciente edición de “InForrajes” presentó el porcentaje de materia seca (MS) de diversos recursos, datos que fueron recolectados a lo largo de 40 años por el laboratorio de calidad de forrajes de la Estación Agropecuaria del INTA Pergamino.
¿Por qué es útil contar con esta guía? “La oferta aprovechable de forraje se estima midiendo el porcentaje de MS del pasto fresco presente en el lote. Esto implica desecar frecuentemente un peso conocido en fresco hasta un número constante y luego hacer la relación entre el peso seco y el inicial. Este proceso puede ser engorroso para el productor, aunque se disponga de los elementos necesarios: balanza de precisión, estufa u horno a microondas”, plantea el informe. Por eso “desde el semillero, acercamos una orientación preliminar del porcentaje de MS de diversos recursos forrajeros, utilizados en el norte de la provincia de Buenos Aires, que podrían ser hipotéticamente considerados para otras zonas pampeanas”, señala Bertín.
A campo, para una pastura, es posible encontrar variaciones en el % MS debido a factores de manejo y del ambiente. “Los porcentajes más altos corresponden a condiciones de sequía, acumulación de material muerto, escasa expansión de las hojas, pobre fertilidad de suelo; y, por el contrario, los más bajos se alinean con situaciones de pasto mojado por lluvia, rocío o alta humedad relativa, escasa luminosidad, baja presencia de material muerto y alta producción”, detalla.
Anuales
Los cultivos anuales poseen contenidos de MS que van desde 13-15% a comienzos del ciclo hasta 19-24% al final, con variaciones importantes durante el día.
La avena presenta los menores % de MS en mayo, coincidente con altas tasas de crecimiento, baja acumulación de material muerto, suelo húmedo, caída en la demanda ambiental por agua y temperaturas frescas. A posteriori, el tenor de MS se incrementa en función del aumento del déficit hídrico, en julio y agosto, además de la menor producción en pleno invierno, los depósitos de material muerto y las heladas frecuentes. Al final del ciclo, próximo al estado reproductivo, la MS se eleva al 20-22%.
El raigrás anual tiene escasos contenidos de MS a comienzos y mediados de la estación fría, 12-16%. Presenta los menores valores en junio, coincidente con altos ritmos de crecimiento, escasa acumulación de material muerto, suelo húmedo y poca evapotranspiración. A partir de ahí, la MS se incrementa hasta el final del ciclo a 16-22%.
Los sorgos forrajeros para pastoreo directo, a pesar de ser cultivos estivales, presentan bajos % de MS a comienzos del ciclo, 15-18%. Alcanzan los niveles inferiores en febrero, con los mayores ritmos de acumulación de pasto y entorno de elevada humedad relativa. A partir de marzo, y en coincidencia con las bajas tasas de crecimiento, la MS aumenta a 22-26%.
Bianuales
Las forrajeras con comportamiento bianual tienen un % MS superior al de los verdeos, con mínimos de 18-20% en el período otoñal a un 28-32% en el verano.
La cebadilla criolla aumenta desde septiembre hasta enero, cuando llega al 32% de MS, mientras disminuye la velocidad de crecimiento y se presentan más inflorescencias y tallos verdaderos. A medida que disminuyen los componentes reproductivos y aumenta la humedad, desciende el % de MS hasta niveles mínimos en junio, con 16%, en coincidencia con una alta elongación de la hoja y el pseudotallo. Seguidamente el % de MS se eleva en julio, por la menor velocidad de producción y humedad relativa; y disminuye en forma leve en agosto, cuando la cebadilla reinicia su actividad a principios de la primavera.
El trébol rojo puro, comienza a levantar su % de MS desde septiembre, 20%, hasta noviembre, 28%, y lo mantiene así durante gran parte de la etapa estival, en coincidencia con el estado reproductivo y el déficit hídrico. A posteriori, a medida que la especie revierte al estado vegetativo y disminuye la evapotranspiración, el % de MS comienza a disminuir hasta llegar a sus mínimos en pleno otoño, 20%.
Perennes
La alfalfa presenta registros que van del 21 al 25% de MS. El mayor %, en diciembre, concuerda con déficit hídrico y baja relación hoja/resto de la planta. El mínimo valor, en marzo, coincide con moderados ritmos de acumulación, elevada relación hoja/tallo y alta humedad. A medida que disminuyen las tasas y se incrementa la presencia de hojas senescentes, aumenta el % de MS hasta llegar a 24% en junio.
La mezcla de alfalfa y gramíneas presenta el mismo rango de % de MS que la alfalfa pura, aunque con un patrón estacional algo distinto. En septiembre-octubre, con elevada producción de las gramíneas, el % de MS de la mezcla es un poco menor, 21%, que la alfalfa pura. En verano, es similar, reflejando el sustancial aporte que la leguminosa hace a la mezcla y, en marzo, el % de MS es algo más alto, 22%, por el mayor aporte relativo de la gramínea.
La festuca alta pura presenta datos mínimos, de 23%, en noviembre, en coincidencia con las mayores tasas de crecimiento y porcentajes máximos, 30-32%, en los períodos de caída en la producción y presencia de estructuras reproductivas o material muerto, como en el verano. Las mezclas de festuca alta y tréboles blanco y rojo presentan bajos % de MS, 22-24%, en la época de elevada velocidad de acumulación y presencia importante de leguminosas, como primavera y otoño. Los datos máximos se observan en diciembre, 34%, cuando se acumulan estructuras reproductivas de la gramínea y disminuye la presencia de trébol blanco, por el déficit hídrico.
El agropiro alargado, al igual que la festuca tiene los inferiores % de MS en la primavera, aunque con valores altos, 31%, para comenzar a elevarse y alcanzar los mayores valores en marzo, 47%, luego del período reproductivo.
“Existen importantes diferencias entre grupos de especies en contenido de MS. Como extremos, los valores inferiores corresponden a los cultivos anuales y los superiores a las gramíneas perennes. Dentro de cada grupo, las variaciones están asociadas a la composición de la pastura, el crecimiento estacional, la humedad relativa, la acumulación de material muerto, entre otros”, finaliza el informe.