Lejos en el tiempo quedó el primer encuentro formal del presidente de la Nación, Mauricio Macri, con la Mesa Sectorial Lechera. En aquél momento los productores quedaron “satisfechos” por la concreción del encuentro del que por fin participaron todos los eslabones de la cadena láctea. Sin embargo, muchos tamberos regresaron a sus establecimientos con un mensaje confuso y quizá errado e imposible de cumplir: el pedido del propio Macri de bajar los costos en un tramo de la cadena productiva donde los porotos no sobran.
Pero del primer encuentro algo quedó en claro y son los números que tiene la lechería al cerrar 2017. Son 10.000 tambos, 700 industrias, dos millones de vacas, una producción diaria de 25 millones de litros, 100.000 empleados entre todos los eslabones y un valor productivo total de 9700 millones de pesos.
Bajen los costos para mejorar la competitividad. Esa fue la frase que los productores grabaron en su mente. El problema es que en los últimos 60 días, el contexto económico local no fue justamente el adecuado como para que los productores puedan hacer más eficiente el negocio, mas bien todo lo contrario: los costos aumentaron de manera considerable y sólo para dar algunos ejemplos, el incremento en el gasoil y la alimentacion ponen al productor entre las cuerdas y ni hablar de las tarifas en los servicios o la presión impositiva que ataca a nivel local, provincial y nacional.
A nivel climático, tampoco parece haber una tregua. Fernando Córdoba, Presidente de la Mesa de Productores Lecheros de la Provincia de Santa Fe recordó en diálogo con Daniel Aprile en el programa “Palabra de Campo” que se emite por Radio 10que “hace un año los productores estaban bajo agua, inundados y hoy por hoy sufren una sequía terrible por lo tanto los próximos meses pueden ser aún mas complicados”.
El próximo 20 de febrero se realizará una nueva reunión de la Mesa Lechera en Buenos Aires y allí todos los actores deberán discutir y plantear propuestas que luego llevarán al segundo encuentro con el presidente Macri.
EL PROBLEMA ES “MIENTRAS TANTO”, PORQUE SON POCOS LOS PRODUCTORES QUE SOBREVIVEN Y CADA DÍA QUE PASA ES RENOVAR LAS ESPERANZAS PARA DECIDIR NO CERRAR O BUSCAR IDEAS PARA NO LIQUIDAR PARTE DEL STOCK QUE LLEVÓ MUCHOS AÑOS DE ESFUERZO, CON INVERSIÓN EN GENÉTICA.
La industria también busca resolver sus problemas, que no son pocos. Le paga al productor $5,75 mas IVA y vuelca la producción en un 85% en el mercado interno. La esperanza esta puesta en la devaluacion del peso con respecto al dolar y la exportación, que podría dar un poco de aire a varias empresas que también agonizan.
Iniciado el 2018, los supermercados y los consumidores cada vez tienen mas propuestas importadas en las góndolas e incluso en oferta manteca de Uruguay. Es simple, al supermercadismo le convicne mas traer el producto de afuera elaborado.
¿SEGUIRÁ SAMMARTINO?
En la última reunión estuvieron acompañando al presidente Macri el vicejefe de Gabinete Gustavo Lopetegui, el ministro de Agroindustria de la Nación, Luis Miguel Etchevehere, el secretario de Agricultura, Guillermo Bernaudo, el jefe de Gabinete de Agroindustria, Santiago del Solar y el subsecretario de Lechería, Alejandro Sammartino. La pregunta que hoy muchos se hacen en el sector agropecuario es si Sammartino será de la partida el 20 de febrero.
La reestructuración que enfrenta el Ministerio de Agroindustria llevará a varias Subsecretarías al rango de Dirección Nacional y eso conlleva reducción de presupuesto, estructura y recursos, algo que el actual Subsecretario de Lechería de la Nación no estaría dispuesto a tolerar. Esta situación también será evaluada por los productores y por toda la cadena, porque para las entidades del agro pone de manifiesto que el tambo, uno de los eslabones más dañados de la cadena láctea, carece de importancia para el gobierno.
Así lo ven muchos, de hecho desde la Sociedad Rural de Gualeguay, fueron muy duros con el gobierno al asegurar en un comunicado que Macri “no hizo nada” por los tamberos, a los que dejó “en la ruina”.
Por estas horas se diluye la confianza en un gobierno que heredó una crisis láctea de gran porte, un gobierno que recibió la confianza de miles de tamberos, pero que no supo, no pudo o no quiso plantear una nueva lechería con medidas concretas, que se dirimen entre cuestiones impositivas, créditos, transparencia, presión fiscal y altos costos en los servicios públicos.