ruguay, uno de los principales países exportadores de ganado, ha visto una oportunidad para aumentar los envíos de vacas lecheras y vaquillonas para la reproduccion a China, a medida que Nueva Zelanda abandona el comercio de ganado por vía marítima.
“Si bien estamos mucho más lejos y eso nos hace menos competitivos, la exportación de ganado en pie a China, en particular el ultimo año, ha crecido bastante”, dijo el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Carlos María Uriarte, en una entrevista. “Creo que vamos a tener nuevas oportunidades”.
En los últimos 5 años, Uruguay ha enviado más de 1,29 millones de cabezas, en su mayoría terneros engordados y sacrificados en destinos como Turquía, Irak y Egipto, según muestran los datos del Gobierno. Para los ganaderos, es un negocio secundario lucrativo, pero que atrae cada vez más críticas por acusaciones de la crueldad hacia los animales. En abril, Nueva Zelanda dijo que dejaría de exportar ganado vía marítima dentro de los dos años siguientes al hundimiento de un barco con destino a China.
“Debemos tomar todas las precauciones del caso y ser celosos en cuanto al bienestar de los animales que estan en esta activad para que esto tipo de accidentes no occuran”, señaló Uriarte, quien también es ganadero activo.
Tras alcanzar un máximo de US$271 millones en 2018, las exportaciones de ganado en pie de Uruguay se han enfriado debido en parte a una menor demanda de su principal comprador, Turquía. En los próximos dos años, es probable que Uruguay envíe menos terneros, a medida que las sequías reducen los partos y los ganaderos que engordan el ganado para la industria cárnica local desembolsan por los animales en medio de un aumento en las exportaciones de carne, dijo Uriarte.
Aumento de las exportaciones
Actualmente, los empacadores de carne están haciendo nuevamente un buen negocio después de que el año pasado la pandemia provocara que los ingresos por exportaciones cayeran 11%. Los envíos de carne de res aumentaron 28% con respecto al año anterior a US$618 millones en los cuatro meses hasta abril, con China comprando US$341 millones, según datos compilados por el Gobierno.
A fines de 2019, la dependencia de Uruguay con China resultaba dolorosa cuando el estallido de una burbuja de precios especulativa llevó a algunos importadores de carne chinos a renegociar o renegar contratos. Meses después, el covid-19 provocó que los envíos a la nación asiática cayeran estrepitosamente.
Los esfuerzos del Gobierno para diversificar los mercados de exportación están dando sus frutos lentamente, a medida que Arabia Saudita autorizó las importaciones de carne de res y cordero uruguayas el año pasado. Uruguay está tratando de abrir los mercados del sudeste asiático a su carne, pidiendo año pasado a Estados Unidos una mayor cuota, dijo Uriarte.
“Es fundamental seguir explorando otras alternativas para que si nos pasa lo que nos pasó en el 2020, estemos mejor preparados”, dijo.