El directivo analizó las perspectivas del sector exportador bovino, que con su buen andar confirma la tendencia ascendente que registra desde 2016. En este sentido, destacó que si bien durante los dos primeros meses de 2018 se sienten con fuerza los efectos de la seca, “la exportación arrancó con más ímpetu”.
La falta de lluvias es una de los temas excluyentes en la actividad agropecuaria. “Como la sequía pega fuerte, hay más salida de hacienda en los campos y el feedlot es quien sostiene la oferta”, remarcó Torelli.
Frente a la dicotomía “mercado interno versus exportación“, un dilema habitual en la cadena frigorífica, el directivo indicó estamos en el momento “de la integración del consumo interno con el externo”. Y proyectó que “no existirá más el frigo exportador puro, será algo más integrado”
En el balance de la cadena de ganados y carnes, una de las cuestiones pendientes para Torelli reside en aumentar el peso medio de faena. Desde su mirada, esto se puede lograr si el productor ganadero incorpora en su planificación una recría más prolongada, con un animal de 380 a 400 kilos para consumo, que además permite alcanzar con facilidad un piso de 450 kilos para los requerimientos del mercado externo.
Consultado por las medidas implementadas por el Gobierno nacional en relación a la transparencia comercial, remarcó que constituyen “el punto de quiebre de la cadena de ganados y carnes para combatir la informalidad”.