Introduccion
El objetivo primario para mejorar la eficiencia biológica de producción de un rodeo de cría es obtener los mayores porcentajes de destete (Davis y col., 1983). Dziuk y Bellows (1983) muestran que el fallo en la concepción de las vacas de un rodeo de cría es el factor que más afecta la producción de terneros. Bellows (1976) mediante un ejemplo, presenta que tanto el porcentaje de destete como el peso al destete de los terneros son los factores que afectan los kg de ternero producidos por vaca entorada, siendo el primero el que más incide sobre el índice descrito. Por lo tanto, obtener el mayor conocimiento sobre los factores ambientales y de manejo que mejoren la cantidad de terneros logrados, así como el mayor peso al destete posible por vaca servida y por unidad de superficie es un objetivo deseable en producción de carne. El propósito de este capítulo es analizar los efectos de la fecha de parto de una vaca sobre la fertilidad siguiente y subsiguiente y, por lo tanto, sobre la producción de por vida de la misma. Así también se discute el efecto del momento de nacimiento de la ternera y ternero en un período de parición de alrededor de 100 días sobre su actividad productiva y reproductiva a lo largo de su vida.
Relacion entre fecha de parto con el anestro posparto y fertilidad posterior
Morris (1980) resumió estimaciones de varios autores para correlaciones y regresiones del intervalo parto – 1er celo sobre la fecha de parto anterior para vacas y vaquillonas. Nueve de las once regresiones fueron negativas. Dentro de las estimaciones negativas, el promedio de las regresiones indicó un intervalo parto – 1er celo de 0,65 día más corto, por cada día que la vaca paría más tarde. Esto quiere decir que por cada 21 días más tarde que para una vaca, la fecha del primer celo posparto se adelanta en 14 días.
En resumen, las vacas que paren más tarde tienen un intervalo parto – 1er celo mas corto que las que paren más temprano. La información suministrada se refiere principalmente a experimentos o datos de campo con partos concentrados de primavera (la mayoría de las vacas parían dentro de 100 días).
Otro ejemplo es de Burris y Priode (1958), quienes dieron altos niveles de alimentación en un experimento donde las vacas parían en fines de invierno-comienzo de primavera. Los investigadores estimaron una regresión de la fecha del segundo parto sobre la fecha del primero de +0,32 día por día para tres razas (correlación de 0,37). Esto quiere decir que, dentro de las vacas que volvían a concebir, la vaca que paría tarde un año tendía a parir más tarde al año siguiente. Los investigadores encontraron una relación estrecha entre el porcentaje que fallaba en el siguiente año y la fecha de parto del año previo (cuando el servicio era de 90 días). De otra manera, podríamos asumir que aquella vaquillona que pare temprano su primer ternero produce más kilos de ternero destetado el resto de su vida debido a que sigue pariendo temprano en las siguientes pariciones y tiene menor probabilidad de fallar que la que pare tarde (Cuadro I).
La correlación entre el porcentaje de vacas que fallaban y la fecha de parto previa (agrupados en períodos de 20 días) fue de +0,95. Franke y Wyatt (1982) estudiaron la influencia de la fecha de parto (en un período de servicio corto) sobre el porcentaje de parición siguiente en un estudio de un cruzamiento rotacional. Todas las combinaciones rotacionales tendían a maximizar el porcentaje de parición cuando parían antes o hasta de la mitad del período de entore en las dos primeras generaciones de este experimento. Por otro lado, Lesmeister y col. (1973) encontraron que las vaquillonas que parían en los primeros 40 días eran más productivas por el resto de sus vidas. Cushman y col. (2013) mostraron que las vaquillonas que parían en los primeros 21 días del período de parición se mantenían más años en el rodeo antes de no quedar preñadas por primera vez (Figura 1).
Similares resultados obtuvieron estos mismos autores en otro archivo de datos publicados en el mismo trabajo.
En Uruguay, se analizaron 874 registros (raza Hereford) tomados del rodeo de la Estación Experimental M.A. Cassinoni (EEMAC) desde 1979 a 1986 que corresponden a la Tesis de dos de nuestros estudiantes (G. Bello y G. Mestre). El Cuadro II muestra las vacas paridas en los distintos meses (sin distinción de edad al parto) sobre el porcentaje de parición en el año siguiente, promedio de 2 años. Las vacas que parieron temprano tenían mayor porcentaje de parición que las que lo hacían más tarde. Las vacas paridas en septiembre y octubre presentaron mayor porcentaje de parición que las de agosto, noviembre y diciembre.
Es interesante observar que las vacas paridas en agosto tenían menor porcentaje de parición que las que parían en setiembre y octubre, aunque parieron antes.
Es claro que en el manejo del momento de parto de las vacas cuando no se tiene en cuenta el nivel nutritivo preparto (condición corporal al parto) y el nivel posparto, pueden obtenerse malos resultados reproductivos en los siguientes años. Este concepto es crucial para definir el comienzo de servicio. Con todo hay que tener presente el bajo número de vacas (9) que se muestra en el Cuadro II. Los resultados del intervalo interparto con respecto al mes de parto (Cuadro III) está de acuerdo con los valores negativos de las regresiones publicado por Morris (1980). Si tomamos el largo de gestación como 285 días para todas las vacas tenemos un intervalo parto-concepción de 123, 100, 75 y 53 días para las vacas que paren en septiembre, octubre, noviembre y diciembre respectivamente. Esta información nos está diciendo que las vacas que paren temprano (en un período de parición menor a 100 días), estarían en anestro al comienzo del servicio. Esto fue confirmado por Rodríguez Blanquet (2008) realizando estimaciones de actividad ovárica al comienzo del servicio (determinada por progesterona o ecografía) en dos estimaciones consecutivas con diferencia de 10-12 días, en distintos años (12), diferentes rodeos (6) y Departamentos (4) en Uruguay. Hay varios factores que podrían explicar la disminución del intervalo parto-concepción a medida que nos acercamos al verano, con partos de primavera. Estos podrían ser el fotoperíodo (Hansen y Hauser ,1984), la nutrición (Dunn y Kaltenbach, 1980; Hess y col., 2005), el efecto toro (Rodríguez Blanquet, 2002; Rodríguez Blanquet y col., 2016) y las interacciones simples o triple entre ellos. Hansen y Hauser (1984) encontraron un efecto del largo de las horas luz (fotoperíodo) sobre el intervalo parto – 1er celo. Es decir, cuanto más largo eran las horas luz, más se disminuía el intervalo parto – 1er celo. Dunn y Kaltenbach (1980) mostraron la importancia de la condición corporal al parto sobre el porcentaje de celos en vacas para carne.
a,b,c,d: Letras diferentes difieren significativamente entre sí (p<0,01 ) Adaptado de Bello y Mestre, 1991
A mayor condición corporal al parto, el intervalo parto – 1er celo disminuía notoriamente. Las vacas que paren tarde (con partos de primavera) presentarían mayor condición corporal que las que paren temprano (fines de invierno, principio de primavera). Esto podría ser una explicación de ese menor intervalo inter-parto, posiblemente interaccionando con el fotoperíodo. La mera presencia del toro disminuiría el intervalo parto – 1er celo y parto-ovulación en distintas categorías. Inclusive, esto se daba cuando el toro recién tenía contacto con el rodeo a los 30 días de paridas. Estos tres factores, o como ya fue dicho, la interacción de dos o los tres, podría ser parte de la explicación del signo negativo encontradas en las regresiones de parto– 1° celo. Además, decisiones de manejo, pueden hacer que aquellas vacas que paren tarde en primavera tengan un intervalo parto-concepción corto. Estas vacas parirán con buena condición corporal por el nivel nutritivo preparto (mediados y fines de primavera) y tendrán un nivel nutricional posparto alto debido a que entran en el período de servicio en un potrero empastado, reservado de la primavera anterior. El efecto toro y el fotoperíodo estarían ayudando a mejorar la reproducción de esas vacas. El menor porcentaje de preñez de esas vacas puede ser debida que a pesar de tener un intervalo parto – 1ercelo corto, tienen pocas oportunidades de celar y ovular durante la época de servicio (por ser corto) y, por lo tanto, disminuye la probabilidad de preñez.
En resumen, los trabajos publicados muestran un mejor comportamiento productivo y reproductivo de las vacas por el resto de su vida si estas conciben al comienzo del período de servicio y con un largo de servicio menor a 100 días con partos de primavera. Pero hay que tener presente que no es una regla fija ya que esto está dependiendo de factores ambientales, genéticos, nutricionales, de manejo y sus interacciones.
Relacion ente fecha de parto y el peso al destete de los terneros
Dentro de un período de parición y un mismo genotipo, el ternero que nace temprano, a una fecha fija de destete, pesa más que el que nace tarde, simplemente porque tiene más edad (Cuadros IV, V y VI) sin considerar la ganancia diaria al pie de su madre. Morrow y Brinks (1968) agruparon los partos y el comportamiento de cada ternero según su fecha de nacimiento (Cuadro IV).Este trabajo incluyó 20 años de datos del nacimiento al destete. La información se separó en vacas que paren por primera vez a los 2 y a los 3 años. Sólo se mostrará las que paren a los 3 años ya que los resultados son similares. Esta clasificación se dividió a su vez en subperíodos de 20 días cada uno, donde el grupo estaba formado por vacas que parían en los primeros 20 días del comienzo del período de parición esperado. Del grupo 2 al 5 consistía en intervalos de 20 días. Las categorías temprana y tardía correspondían a las vacas que estaban fuera de ese período de 100 días. Los autores citados previamente y Lesmeister y col. (1973) agruparon las vacas en cada uno de los grupos en base a la fecha de parición de su primer ternero. Es decir, la vaca que paría su primer ternero por ej. en el grupo 2, aunque el siguiente ternero correspondiese por fecha de parición al grupo 4, su peso al destete se incluía en el grupo 2 y así por el resto de la vida.
La forma de hacer los grupos de parición en el estudio de Lesmeister y col. (1973) fue similar al de Morrow y Brinks (1968), aunque el período de servicio era menor. En este trabajo, cuando una vaca fallaba los terneros siguientes eran eliminados del estudio. Las conclusiones de ambos trabajos son similares por lo que analizaremos solo los resultados de Lesmeister y col. (1973). Este último grupo de investigadores realizaron su trabajo en dos rodeos. Sólo analizaremos un rodeo ya que los resultados de ambos rodeos son similares. El hecho de que las vacas paran tempranamente en su primer período de parición hace que produzcan más kilos de terneros destetados a lo largo de toda su vida en el sistema particular de manejo de esos rodeos de los dos grupos de investigadores (Cuadro IVyV).
También se observa que los terneros nacidos temprano tenían más altas ganancias diarias que los tardíos (P<0,01). Esto puede ser debido a que los terneros más viejos en edad (nacidos tempranamente) consumen mayor cantidad de pasturas y leche que los terneros más jóvenes. La capacidad de consumir leche por el ternero puede ser el factor limitante de la producción de leche de la madre (Gleddie y Berg, 1968). En base a esto, podemos razonar que cuando la vaca pare temprano, alcanza el pico de producción de leche más lentamente (Figura 2) y el ternero está en condiciones de poder tomarla como además mantener esa producción por más tiempo. La vaca parida tarde, puede producir una gran cantidad de leche desde el comienzo de la lactancia (Figura 2), pero el ternero no tiene la capacidad física para poder consumirla y por lo tanto la producción de leche baja rápidamente. La figura 2 muestra las curvas de lactancia que podrían tener una vaca parida temprano y otra tardía. Es decir, las persistencias de la producción de leche de ambas vacas serían muy diferentes. La diferencia en la forma del comienzo de las curvas de lactancia puede ser debido a diferentes condiciones corporales que tiene la vaca al momento del parto. Respecto a las pasturas, en partos de primavera, podemos pensar que el ternero nacido temprano, cuando está en condiciones de poderlas consumir, tiene a disposición todavía cantidad y calidad de las mismas. El resultado de toda esta información es que el ternero de la vaca parida temprano tendría mayor ganancia diaria que el nacido tarde. Y si le sumamos que el nacido temprano tiene mas edad a la fecha fija de destete, tiene, por lo tanto, mayor peso al destete. Pero otra conclusión importante del trabajo de Lesmeister y col. (1973) es que las vacas que paren temprano dan mayor producción de kilos de ternero destetado de por vida. Esto es debido al peso al destete de ese primer ternero y no al resto de pesos al destete de la vida de esa vaca.
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Figura 2: Curvas teóricas de producción de leche de una vaca parida temprano y una tarde.
No hay diferencia estadística en los pesos al destete del resto de su vida productiva (Cuadro VI). Resultados similares fueron obtenidos por García Paloma y col. (1992) en condiciones pastoriles de Argentina. Una posible explicación es que las vacas pertenecientes a cada grupo de 20 días de su primer parto, en los siguientes, se mezclarían en el orden de parición. Por lo tanto, las diferencias que se muestran de pesos al destete del Cuadro V se deben al peso al destete del primer ternero (Cuadro VI).Con todo, la información de las ganancias diarias no es consistente, lo cual hace que no tenga una explicación sencilla. Cushman y col. (2013) publicaron que las vacas paridas en los primeros 21 días producían mayores pesos al destete solo hasta el 6º período de parto. Estos resultados son similares a los trabajos citados previamente.
Es decir, la vaca que pare en los primeros 21 días produce más kilos de terneros por el resto de su vida. Los resultados de la tesis de Bello y Mestre (1991) corroboran lo mismo mostrado hasta el momento (Cuadro VII). Las vacas paridas en los primeros 21 días del período de parto dan mayores pesos al destete (más kilos de ternero destetado) que las paridas más tarde cuando se toma la producción de por vida. Todos los trabajos citados dicen lo mismo, pero tienen una diferencia. Unos dicen que esa mayor producción de por vida es por el peso del primer ternero. Luego no hay diferencia en peso al destete por el resto de sus vidas ya que no se obtuvo diferencia estadística en los mismos. Otros trabajos dicen que esas vacas que parieron en los primeros 21 días del período de parición siguen pariendo temprano por el resto de su vida o en un período importante del mismo y por lo tanto dando más pesos al destete.
Influencia de la fecha de nacimiento de la ternerada en relacion a la fecha de parto de su madre sobre una futura actividad productiva y reproductiva
Influencia sobre la ternera
Funston y col. (2012) estudiaron el comportamiento productivo y reproductivo de las terneras según la fecha de nacimiento. Estos investigadores dividieron la progenie en 3 grupos (nacidos en los primeros 21 días, entre 22 a 42 y en más de 43 días). El efecto del período de nacimiento en la ternera sobre su comportamiento productivo y reproductivo se muestra en el Cuadro VIII. Las terneras (ahora vaquillonas) que habían nacido en el primer período de parto (1-21 días) eran en promedio 16 y 36 días más viejas que las del segundo grupo y tercer grupo respectivamente. El peso al destete disminuía a medida que avanzaba el período de nacimiento (219, 213 y 197) como ya lo habían observado otros investigadores (Burris y Priode, 1958; Leismeister y col., 1973; García Paloma y col., 1992; Cushman y col., 2012) y esa diferencia de peso al destete se siguió manteniendo a través del tiempo que se observa en el peso pre-servicio. Ese mayor peso de las terneras nacidas en el primer período de partos tal vez pueda explicar la diferencia que se observa en el porcentaje de vaquillonas ciclando normalmente al comienzo del servicio. Similares resultados fueron obtenidos por King y col. (1983). Estos investigadores obtuvieron un valor de -0,51 para la regresión de edad a la pubertad sobre la edad de los terneros al destete. Es decir, a mayor edad al destete, menor edad a la pubertad. Los resultados de peso pre-servicio son concordantes con el porcentaje de preñez obtenido en las vaquillonas nacidas en el primer período (90%), segundo (86%) y tercero de nacimiento (78%) (P<0,02). Ese mayor porcentaje de preñez tiene otro aditamento. Esta es la rapidez en la concepción que tuvieron las terneras que parieron en el primer grupo de partos. Esto se observa en los días al nacimiento (68, 73 y 75; P<0,01) que se corrobora en el porcentaje que paren en los primeros 21 día (81%, 69% y 65%) (P<0,01) (Cuadro VIII). El porcentaje de preñez luego del primer ternero era similar en los 3 grupos (93%, 90% y 84%) (P=0,20). En base a este resultado de preñez es posible suponer que el resto de sus vidas productivas no tendrían diferencias en esa variable. Pero hay que recordar los trabajos de Lesmeister y col. (1973) y García Paloma y col. (1992) que muestran que la mayor producción de por vida de las vacas que paren temprano se debe solamente al peso al destete del primer ternero. Por lo tanto, podríamos asumir también que esa ternera que nació de una madre parida en los primeros 21 días sería más productiva por el resto de su vida.
A nivel regional, Arias y col. (1978) determinaron para vaquillonas cruzas (5/8 a 3/4 Hereford) yBrahman puras, correlaciones positivas y muy altas entre el peso a los 10 meses(destete) y 22 mesesy peso de entore (25 meses). Para los rodeos cruzas entre 18 meses y 22 meses los valores variaron entre 0,82 a 0,92 para distintos años con un r = 0,77 para el total de los años. Para las vaquillonas Brahman fue de 0,74 a 0,95 con un promedio de r = 0,71 para los 7 años. Esto quiere decir que las vaquillonas más pesadas a los 10 meses resultan en general más pesadas a los 22 meses, lo cual nos dice que la fecha de nacimiento es un efecto ambiental de gran importancia en las condiciones de este experimento. Además, no se manifestó crecimiento compensatorio.
Los mismos autores agruparon las vacas por mes de nacimiento y esta variable condicionó los pesos al destete, a los 22 meses y al entore, tanto en vaquillonas cruzas como puras. Es decir, las diferencias que se daban en peso a los 10 meses entre las nacidas en junio y octubre se seguían manteniendo 15 meses después, en el peso al servicio (Cuadro IX).
Cuadro IX: Efecto del mes de nacimiento sobre el crecimiento posdestete
El Cuadro X muestra resultados obtenidos por nosotros donde no se realizó ningún análisis estadístico y el número de animales es muy bajo. Este Cuadro muestra que las vaquillonas nacidas en 3 períodos (agosto-setiembre, octubre y noviembre-diciembre) en el rango de pesos (4) que están a los 2 años (comienzo del entore) y el porcentaje que corresponde al período de nacidas (3) y su número. Pero con la salvedad anterior, los resultados son similares al del trabajo precedente. La ternera nacida al comienzo del período de partos, como vaquillona a los 2 años, se preña más y antes que el resto de sus compañeras.
Una posible explicación de estos resultados es que las vaquillonas que nacieron en los primeros 30 no sólo eran más pesadas, sino que ya estarían ciclando normalmente al comenzar el servicio. Esto es mostrado en el trabajo de Byerley y col. (1987) en donde publicaron que las vaquillonas que eran servidas en su 3º celo eran superiores en porcentaje de preñez respecto a las que se hacia en su primer celo (Cuadro XI).
Influencia sobre el ternero
Funston y col. (2012) también estudiaron el comportamiento productivo de los terneros según la fecha de nacimiento. Los terneros nacidos de hembras que habían parido en los primeros 21 días fueron 13 kg más pesados al destete que los nacidos entre los días 22 a 42 y 34 kg que los nacidos en el tercer período (P<0,01) (Cuadro XII). A medida que la fecha de nacimiento avanza, las diferencias entre peso final en el corral y peso de carcasa se siguen manteniendo. Es decir, que al igual que el peso al destete, las otras 2 variables también eran mayores en los terneros nacidos de hembras que habían parido en los primeros 21 días durante el período de partos con respecto a los otros dos grupos de nacimiento (P<0,01). No se encontró diferencias en ganancia diaria ni el consumo (P=0,81). Los datos de este trabajo muestran que los novillos nacidos de hembras que parieron en los primeros 21 día del período de parto presentan más grasa en la carcasa. Es de tener presente que esta evaluación de la faena sólo se realizó a tiempo fijo. Por lo tanto, los novillos que nacieron en los primeros 21 día eran más pesados y eso hace que comenzaran a depositar grasa antes. Entonces es totalmente lógico que tuvieran más grasa en la carcasa. Si se hubiese realizado a la misma edad o a mismo grado de terminación los resultados podrían haber sido otros muy probablemente favoreciendo todas las variables analizados a los novillos nacidos en el primer grupo.
Implicancias de los conceptos analizados en docencia, investigacion y produccion de carne
La investigación en reproducción aplicada en bovinos para carne tiene como objetivos los conceptos anteriormente analizados. Es decir, llevar a los valores máximos posibles, dentro de un marco económico, la producción por vaca y por año (% de destete por el peso promedio al destete) por unidad de superficie. Esto implica una muy alta fertilidad acompañada por una concentración de concepciones al principio de la época de servicio. Esto hace que la inseminación artificial sincronizada y/o inducida tenga un lugar muy importante en el manejo del rodeo de cría. Lo que se pretende con estas tecnologías es tener dos oportunidades de concebir (2 ovulaciones) en un período de lo que dura un solo ciclo estral (21±4 días). En condiciones de servicio natural, durante ese período de tiempo, se obtendría una sola ovulación y por lo tanto una sola oportunidad de concebir. Pero esto sucedería en hembras ciclando normalmente. Pero al usar protocolos hormonales que lleven implícitos dispositivos liberadores de progestinas junto a medidas de manejo es posible inducir ovulaciones en vaquillonas prepuberales y vacas en anestro posparto con posibilidad de concepción también teniendo la posibilidad de tener 2 ovulaciones en 25 días.
Conclusiones
El objetivo de este capítulo fue mostrar la importancia que tiene en la vida productiva de las vaquillonas, una pronta concepción y su efecto sobre la actividad productiva y reproductiva posterior en un período de servicio considerado y adecuado desde el punto de vista nutricional. Lo mismo sucedería con las vacas multíparas por lo que les queda de vida productiva. Y todavía esta parición temprana en cualquier categoría de hembra tiene efectos positivos en la vida productiva y reproductiva de su progenie. Sin la menor duda, obtener una forma de predecir lo que va a dar una vaca a través de toda su vida productiva en condiciones de campo, es una meta invalorable.
La vaquillona o vaca que concibe temprano en un período de servicio producirá un ternero al destete más pesado. Esto es de una importancia crucial si pretendemos servir las vaquillonas a los 15 meses. Pero lo más importante es que la vaquillona que pare temprano producirá más kilos de ternero al destete a través de toda su vida productiva. Esto podría estar determinado por la producción de peso al destete del primer ternero de su vida productiva o porque sigue produciendo terneros más pesados por seguir pariendo temprano. Este concepto se podría generalizar a la vaca primípara y multípara que pare temprano respecto a lo que le queda de vida productiva. Además, esa diferencia que se observa en los pesos al destete por el hecho de haber nacido de vacas paridas temprano, con respecto a vacas tardías, se seguiría dando en los pesos posdestete. Esto hace que las hembras, hijas de vacas paridas temprano, lleguen con mayores pesos al servicio y por lo tanto tienen más oportunidades de concebir antes, parir antes y destetar un ternero más pesado. También, por el hecho de tener más edad, a igualdad de peso, tendrá mejor comportamiento productivo y reproductivo. Esta vaquillona, al igual que su madre, producirá más kilos de ternero a través de toda su vida productiva. En resumen, la hembra que pare en los primeros 21 días del período de parición produce más a través de toda su vida productiva, así como su progenie.
En novillos pasaría algo similar. Aquella diferencia que se dan en los pesos al destete por haber nacido al comienzo del período de partos se seguiría manteniendo hasta edades avanzadas en el crecimiento posdestete, haciendo posible llegar antes a un peso fijo de terminación.