La Asociación Argentina Hereford elaboró recomendaciones para una práctica cada vez más difundida en las empresas ganaderas. El uso de toros con DEPs bajas para peso al nacer y altas al destete para reducir las dificultades en los partos sin resignar kilos, clave.
El servicio a 15 meses es una práctica cada vez más difundida y uno de los pilares para poder llevarlo a cabo de forma correcta, es mediante el uso de toros probados.
El peso al nacer es el factor central que impacta sobre los problemas de parto, siendo un rasgo altamente heredable dentro de un rodeo -h²: 0.4- y por lo tanto debe tenerse en cuenta.
A través de la selección de toros con DEP bajas para esta característica, se logran crías livianas al nacimiento reduciendo las probabilidades de distocias principalmente en vaquillonas.
La DEP de peso al nacer se calcula en base a mediciones de peso al nacer de los animales ajustados por la edad de la madre.
Aquí se plantea un interrogante: si seleccionamos en forma negativa para esta característica, ¿cómo impacta en la ganancia de peso global?. Claramente caen todas las demás mediciones, como peso al destete, al año y final. Esto se debe a la correlación genética que existe entre ellas.
Sorprendentemente existen animales cuyas curvas de crecimiento se comportan de manera opuesta a la curva de crecimiento normal, tal es el caso de aquellos individuos que presentan DEP bajas para peso de nacimiento y altas al destete. Estos son conocidos como “curve benders” (modificadores de la curva), ya que poseen la capacidad de ir contra la tendencia o modificar la curva de crecimiento.
Es así como buscamos esta cualidad en los toros padres destinados al primer servicio de las vaquillonas: nacen crías livianas y luego desarrollan un crecimiento exponencial para compensar e incluso superar los kilos al destete de otros terneros, por ejemplo, aquellos hijos de vacas. Es así como generan la posibilidad de reducir al mínimo las distocias, sin resignar kilos.
Por otro lado, se espera que el crecimiento se prolongue desde el destete hasta los 18 meses de edad, atenuándose hasta alcanzar el peso adulto. Si analizamos la curva de crecimiento con estas características, resaltan dos puntos de inflexión: desde el peso de nacimiento y los meses posteriores, como entre sus 18 meses y su peso adulto. Así se alcanza el máximo desarrollo cuando el animal es más rentable, esto se traduce en excelentes novillos y vaquillonas que llegan sin dificultad al entore.
Por último y no menos importante, con el tiempo se logrará un rodeo de tamaño moderado con menores necesidades de mantenimiento.
¿Cómo detectamos a los individuos superiores? Únicamente a través de mediciones, porque como bien se dice “Lo que no se mide, no se puede mejorar”. Con esto en mente sabemos que si partimos de información confiable podremos seleccionar y mejorar año a año en base a los objetivos que hayamos fijado. En este caso, obtener mediante el uso de toros probados, terneros livianos hijos de vaquillonas que maximicen de forma eficiente la producción de carne.
Fuente: Asociación Argentina de Hereford