Especialistas del INTA hacen una puesta a punto de los beneficios de suplementar al ternero lactante ante el actual déficit forrajero y analizan si esta técnica ayuda a mantener el estado corporal de la madre. “No es una práctica indicada para mejorar los índices reproductivos y, si continúa la escasez de pasto, habrá que recurrir además al destete anticipado”, advierte el MV Sebastián Maresca.
En los últimos años se ha incorporado el creep-feeding o suplementación del ternero al pie de la madre para incrementar las ganancias diarias y el peso al destete, aunque en muchos casos, también se adoptó suponiendo un efecto positivo sobre el estado corporal y el desempeño reproductivo de la vaca. Buscando aportar evidencias, los MV Sebastián Maresca, Sebastián Valiente y Alejandro Rodríguez, del INTA Cuenca del Salado, analizaron la tecnología a partir de investigaciones nacionales e internacionales, poniendo el foco en la productividad de todo el sistema de cría. Una mirada clave en tiempos de escasez de forraje.
“Recibimos muchas consultas sobre el efecto del creep-feeding en el ternero, pero también sobre la madre. Entonces, notamos que había cierta confusión y decidimos hacer una revisión de estudios sobre el tema”, planteó Maresca a Valor Carne, presentado una síntesis de lo que hay que saber para tomar decisiones.
La evidencia
En los campos de cría del país, la producción de leche decrece durante el verano debido a la menor calidad del forraje y a las sequías esporádicas, lo que coincide con la segunda mitad de la lactancia, cuando aumentan los requerimientos de los terneros.
¿Cómo actúa el creep-feeding ante esta problemática? “La respuesta es variable porque tienen a disposición la leche, el forraje y el suplemento. De cualquier modo, todos los estudios muestran una ganancia de peso adicional de unos 200 gr por día”, afirmó, detallando que los terneros pueden consumir 0,5 kg/día cuando se están acostumbrando hasta 5 kg al destete. Asimismo, un análisis de una treintena de ensayos de la Universidad de Oklahoma registró una diferencia de 27 kg en el peso al destete a favor de los terneros suplementados.
¿Qué suplementos utilizar? Sobre forrajes de baja calidad, los especialistas recomiendan los proteicos con limitador de consumo (sales). “Son las situaciones donde se logra mayor eficiencia y mejores conversiones (3,3) ya que el suplemento tiene un efecto positivo sobre la utilización del forraje, con mejoras en la digestibilidad cercanas al 10%, un dato a considerar ya que el punto crítico de esta tecnología es el costo del suplemento”, explicó Maresca.
Cuando la calidad del forraje no es mala, pero hay baja disponibilidad, se aconsejan los concentrados energéticos, con 16 al 18% de proteína y sin urea, ya que los terneros tienen poca capacidad para utilizar el nitrógeno no proteico. “Ahí el consumo es mayor y la conversión resulta menos favorable (7,8)”, agregó.
Un riesgo de este tipo de suplemento es la acidosis o empacho causado por la alta concentración de almidón. “El inconveniente, también en este caso, se pueden reducir incluyendo limitadores del consumo (sales) o algún tipo de fibra en la dieta, como pellets de alfalfa”, señaló. Y aclaró: “En general los productores utilizan concentrados comerciales porque son más atractivos para el ternero, están peleteados, tienen minerales y vitaminas, incluso algunos vienen con saborizantes y se logran mejores consumos. También tienen aditivos que contribuyen a mejorar la eficiencia alimenticia y a evitar la acidosis”.
Una ventaja adicional del creep-feeding es que el ternero aprende a comer, lo que facilita la suplementación después del destete. “Esto demuestra que es una excelente herramienta para reducir el estrés y la pérdida de peso por el cambio de dieta en la transición de la lactancia a la recría”, subrayó Maresca.
El desafío de la vaca
La pregunta que surge entre muchos productores es si el suplemento -que se suministra en comederos diseñados para evitar que la madre pueda consumirlo- puede traer otros beneficios al sistema de cría.
“Se piensa que, por darle de comer, el ternero consume menos leche y de alguna forma está aliviando a la vaca; así, ésta mejoraría su ganancia de peso y estado corporal”, contó.
Pero no es así, los ensayos muestran que el ternero siempre prioriza el consumo de leche y en segundo lugar el de concentrado o forraje, según su calidad. “Mas allá de su edad, toma toda la leche disponible”, aclaró, detallando que, en tiempos de seca, con poca oferta de forraje, la vaca produce sólo 3-4 litros por día. “Es más, se vio que los terneros suplementados pueden permanecer menos tiempo pastoreando, pero el lapso y la frecuencia dedicada a mamar es la misma que en el grupo testigo”, reveló.
En concreto, se registraron mayores ganancias diarias y pesos al destete en los terneros suplementados, tal como se comentó más arriba. “Sin embargo las madres no tuvieron diferencia en la evolución del peso, el estado corporal al destete, ni en los porcentajes de preñez durante el servicio”, aseveró Maresca presentado un cuadro representativo de los sistemas de cría del país.
“Por eso, en campos con las altas cargas y con una sequía que está impactando en los forrajes, debemos monitorear bien el estado de la vaca para no poner en riesgo su desempeño durante el próximo invierno”, advirtió.
Ayudar a la madre
El especialista analizó qué se puede hacer para mantener el porcentaje de preñez, el índice más variable del sistema de cría. En este ciclo hubo un buen comienzo de servicio durante la primavera para la mayoría de las vacas de la Cuenca del Salado, pero después llegó la sequía de verano y muchas tuvieron una caída del estado corporal, lo cual puede impactar en el porcentaje de preñez al final del mismo.
“Ahora, como la vaca produce poca leche, es bueno comenzar con el creep feeding porque el suplemento le dará ese extra que el ternero necesita para alcanzar su potencial. Pero si lo que buscamos es ayudar a la madre para que llegue bien al próximo parto, en caso de prolongarse el déficit forrajero, lo recomendable es adelantar los destetes”, propuso.
Para finalizar, Maresca destacó que, por lo pronto, hay que monitorear el estado de los pastizales. “Si continúa la escasez de forrajes, un destete a principios o mediados de febrero, permitirá que la vaca se recupere aprovechando la mayor producción de pasto que habitualmente se da en otoño. En síntesis, en tiempos de seca, combinar creep-feeding con destete anticipado mejora la productividad del sistema de cría”, concluyó.
Por Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne