Sri Lanka, situada en el continente asiático, tuvo que indemnizar a sus productores tras la debacle que causó al prohibir la importación de fertilizantes; ¿las consecuencias? Escasez de alimentos y suba de la inflación
El país asiático Sri Lanka, ubicado al sur de la India, apostó fuerte por una producción orgánica a mediados del año pasado, pero el resultado no fue el esperado. El Gobierno prohibió la importación de fertilizantes y otros productos químicos y ahora debe indemnizar a los productores por la debacle productiva.
Las principales consecuencias de esta apuesta orgánica libre de agroquímicos fueron la escasez de alimentos y el aumento de la inflación.
El derrumbe, paso a paso
La iniciativa comenzó a regir en mayo de 2021. Para octubre del mismo año, Sri Lanza se vio obligado a ceder y habilitar la importación de fertilizantes por las pérdidas sufridas en la producción de té.
Además, ahora la agencia AFP informó que el Gobierno del país les pagará 200 millones de dólares a modo de indemnización a los productores de arroz que padecieron una caída de la producción, motivada por la imposibilidad de usar insumos químicos. En total, un millón de productores recibirán una compensación por el fracaso de sus cosechas.
Por otro lado, la caída de la producción derivó en un alza inflacionaria que tuvo su epicentro en diciembre del año pasado, con un récord de inflación del 21,5 por ciento liderado por el aumento del precio de las verduras y los alimentos.
La crisis también generó desestabilidad económica en Sri Lanka, puesto que la situación ya venía complicada por la baja de la actividad turística en la pandemia y ahora se agravó por la escasez de alimentos y apagones continuos.
Debacle total
La medida gubernamental dejó aproximadamente un tercio de la tierra agrícola inactiva. A su vez, la mencionada falta de alimentos llevó a las tiendas a racionar el azúcar, las lentejas y otros productos básicos.
Y para colmo de males, como el país tiene pocas reservas monetarias, todavía no logró reponer la cantidad de insumos necesarios porque los bancos no tienen divisas para pagar los suministros.