El Índice de la FAO para las carnes marcó 121,9 en abril, 2,7 puntos más que en marzo, impulsado principalmente por el producto aviar. Pese a la suba, se valorizó mucho menos que aceites, cereales, lácteos y sólo empata con el azúcar.
El Índice de precios de la FAO, que incluye un conjunto de alimentos, tocó un nivel récord histórico en abril.
Llegó a 145, con una base 100 igual al promedio de 2014-2016. En dólares reales (deflacionados), a excepción de los últimos pocos meses, hay que retroceder hasta 1973 para encontrar un índice parecido, cuando era de 137.
Es decir, el actual valor es el más elevado desde que la FAO comenzó a elaborar este índice en 1961.
En el caso de las carnes, también informa sobre un nivel récord en abril, con un índice de 121,9, que marca 2,7 puntos más que en marzo. El principal driver fue el incremento de los precios de la carne de aves, con aumentos más moderados para vacunas y porcinas. Atribuye el aumento menor del precio de las carnes bovinas a la mayor oferta exportadora brasileña. La carne vacuna también alcanzó el récord histórico en este índice.
Desempeño más pobre de las carnes
Con abundante información acerca del aumento del precio internacional de los alimentos, atribuida a la invasión rusa, la salida de la pandemia y una fuerte inflación en todo el mundo (no obstante la comparación con su aceleración en la Argentina es graciosa), se observa que la carne se ha valorizado mucho menos que los aceites, cereales, lácteos y sólo empata con el azúcar.
Con un índice en dólares deflacionados de 120 para este abril en el caso de la carne, los lácteos están en 144, los cereales en 166 y los aceites en 232.
Es posible que las diferencias estén influidas por el período que se toma como base, pero de todas maneras las diferencias son manifiestas.