En la primera campaña de vacunación antiaftosa de este año se vacunaron 53 millones de animales, número similar al de 2020 y de 2021.
Comparando con el año pasado, hay 600.000 animales más (se volvió al nivel de 2020), se registran más terneros machos y hembras (3%) y más vacas y novillos (1,2%, igual variación que el total general). Las categorías intermedias (novillitos y vaquillonas) han bajado (dos y medio punto, en ese orden).
De las once provincias con más hacienda, las que superan el millón de existencias, sólo dos acusan números menores a los del año pasado: Salta, con una caída del 5% y Santiago del Estero, con 3% menos.
Contrariamente, de entre las mismas, la que muestra el mayor aumento es La Pampa, con 5%. Esta provincia, de entre las más importantes, era la que menos se había recuperado de la super liquidación de 2008-2009.
Como detalle curioso, la cantidad de animales vacunados en Corrientes fue la misma que en 2021 (en realidad, dos mil animales más) lo que es llamativo a causa de la severa sequía y los incendios que la afectaron a principios de año.
Por la propia característica de la campaña -que se realiza a lo largo de varios meses y durante los mismos hay números muy altos de animales que nacen, que cambian de categoría, que se envían a faena o que mueren en el campo- estos totales no se pueden comparar con un censo, que se hace de manera instantánea a una fecha particular.
Sin embargo, el seguimiento de los resultados a lo largo de los años podría servir de aproximación (proxy en la jerga de los economistas) para analizar tendencias.
Pero éste tampoco es el caso ya que los números comparables vienen desde 2020, inclusive. Antes, cada provincia determinaba cuál de las campañas se hacía de manera general y cuál se hacía sólo con los menores (todos menos vacas y toros). Esto hace poco consistentes los valores de los distintos años. Por ejemplo, la primera campaña de 2019 arrojó un total de 40,5 millones de animales vacunados.
Es decir, desde el objetivo de analizar las tendencias del stock, y con más detenimiento por categoría, por provincia, etc., no se puede pedirle mucho más a esta herramienta.
Lo que se puede afirmar es que no ha existido una decisión de los productores de bajar sus existencias y, si se consideran los factores adversos, clima y política de intervención en exportaciones y mercado interno, se puede respaldar la idea de que hay gran interés por mantener y, si los dejan, por aumentar la producción de carne.
Por Lic. Miguel Gorelik, Director de Valor Carne