El productor suplementa su ganado con cobre y otros minerales para prevenir pérdidas productivas y económicas, sobre todo en regiones donde hay carencias, como la Cuenca del Salado y el Chaco semiárido salteño. Si bien a lo largo de la historia se fueron mejorando las formulaciones, Agropharma, un laboratorio argentino con más de 100 años de trayectoria, lanzó una tecnología superadora que aúna lo mejor de lo antiguo y lo moderno. El biotecnólogo Juan Colman, líder del proyecto, explica cómo se logró buena inyectabilidad y cobertura por más tiempo para ganar eficiencia y ahorrar costos en una práctica de campo habitual.
“El productor ya adoptó el cobre, es un producto maduro. Reconoce su valor para fortalecer el sistema inmune del animal, aumentar la tasa de preñez y las ganancias de peso, entre otros”, planteó Colman. Y agregó: “lo utiliza todo el año, más aún en la etapa reproductiva, cuando hay más requerimientos metabólicos”.
¿Qué los llevó a desarrollar un nuevo cobre? “La necesidad de contar con esta ‘molécula auxiliar’ del metabolismo animal ha hecho que los laboratorios inviertan y formulen el cobre de diferentes maneras para ir superando escollos y mejorando su performance”, respondió. Se empezó suministrando sales inorgánicas de cobre, muy solubles en agua, pero extremadamente tóxicas; luego vinieron las primeras moléculas orgánicas, más bioasimilables, pero que también causaron problemas hepáticos. Después, se encontraron otras sales orgánicas, los edetatos de cobre, que se liberan de a poco, sin causar esos trastornos y con la ventaja de su acción sostenida, podían durar más de 100 días. Pero a la vez tenían su contra.
“Los antiguos edetatos de cobre y calcio eran moléculas insolubles, que se presentaban en suspensión. Entonces, para aplicarlos, costaba muchísimo levantarlos desde el frasco con la jeringa, que pasen por la aguja, tendían a aglomerarse sobre todo cuando hacía frío”, recordó. Y señaló: “como el cobre se utiliza masivamente, imagínense lo que significa un producto difícil de inyectar en un rodeo de mil vacas, es una complicación en la manga”.
Esta formulación se reemplazó cuando se descubrió otra molécula: los edetatos de cobre y zinc, que son mucho más solubles, versátiles. “Es como inyectar agua, pero no tiene una liberación tan prolongada dentro del cuerpo de la vaca, sino que a los 60 días pierden su efecto. En este sentido significó un paso atrás”, indicó.
“Hoy en el mercado casi no tenemos formulaciones de cobre-calcio a pesar de su gran duración y las que abundan son las de cobre-zinc, fáciles de inyectar. Es decir que predominó la tecnología que facilita el trabajo del productor”, sintetizó Colman.
Fórmula superadora
Agropharma decidió dar un paso más optimizando una formulación de cobre-calcio mediante un cambio en su método de fabricación para lograr un producto que dura más y se aplica fácilmente.
“Queríamos unir lo mejor de lo antiguo y lo moderno, las ventajas del cobre-calcio y las del cobre-zinc. Así, llegamos a Cuprifarma MAX que contiene cobre, principalmente, además de selenio y zinc, y cuyo diferencial es su tecnología flow”, destacó.
¿Qué es la tecnología flow? “Se trata de una suspensión concentrada que tiene un período prologando de liberación sostenida y a la vez resulta fácil de inyectar. En concreto, es fluida, actúa como si fuera un líquido y no presenta problemas de obturar jeringas. Es un logro muy importante para este tipo de productos que son de uso masivo y requieren grandes tiempos de cobertura”, explicó.
Otra ventaja a campo es que, al poseer una fórmula de liberación lenta, admite 2,5% de cobre, mientras que la mayoría de los productos tienen 1,5%. “O sea que ya por mililitro se está aplicando más cantidad de ese mineral tan necesario”, subrayó Colman, detallando que, al tener esta mayor concentración, es posible reducir la dosis.
“Por ejemplo, en novillitos en crecimiento, de unos 280 kg, con Cuprifarma MAX se aplican 3 ml, a diferencia de los otros productos que requieren 4 ml. Así, cada frasco contiene el equivalente a 166 dosis versus 125 dosis, ya que rinde un 32% más”, resaltó.
¿Y para cubrir el servicio? “En este caso, la ventaja no la consideramos sólo por la dosis a aplicar, sino por cuánto tiempo permanece dentro del cuerpo del animal”, afirmó, presentando los resultados de un ensayo de campo realizado en la Cuenca del Salado.
“Hemos medido que la mayoría de los edetatos de cobre-zinc del mercado duran 60 días, mientras que nuestro producto está por encima de los 115 días, casi el doble. Entonces, aplicándolo 15 a 30 días antes del servicio se cubre toda la temporada”, aseveró Colman, aclarando que en estas evaluaciones se consideró carencia de cobre cuando los valores en sangre están por debajo de los (0.6 – 0.5) µg/ml.
“Pensemos que la temporada de reproducción, de monta natural, en un país como el nuestro, dura tres meses y se puede extender más aún por sequía u otros motivos. Entonces, contar con un producto que cubra por casi cuatro meses los requerimientos de este micronutriente, le da un gran respaldo al productor”, enfatizó.
Colman sostiene que la cobertura del cobre se nota más cuando la vaca está complicada nutricionalmente. “Me tocó hacer una experiencia en Brasil y al aplicarle cobre a las vacas de menor condición corporal (cubriendo todo el servicio), logramos cinco puntos porcentuales más de preñez”, contó.
¿Beneficio económico? “Siempre es más caro no aplicar cobre que sí hacerlo. Ahora, si usamos un producto que rinde 32% más por frasco y que encima en un período reproductivo hay que usar una sola dosis en lugar de dos (y no hay que volver a encerrar), ahí hay un beneficio económico, más allá de su costo”, subrayó.
Para finalizar, el investigador remarcó: “al igual que BullSynch N, que lanzamos recientemente para perfeccionar la reproducción natural, este cobre responde a nuestra visión de desarrollar tecnologías para innovar en productos ya conocidos o en los métodos de fabricación para sintetizar activos, a fin de facilitar las prácticas de campo y mejorar la productividad animal”.
Por: Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne