Indonesia anunció restricciones para la exportación de aceite de palma con el objetivo de fomentar el consumo interno de biodiésel, lo que reducirá los suministros mundiales del aceite vegetal. Esta decisión impacta en un mercado ajustado por la sequía que afecta a la producción en el sudeste asiático y América Latina.
Reuters repasó que los compradores de aceite comestible, incluidos los consumidores sensibles a los precios en el sur de Asia y África, serán los más afectados por las restricciones del lado de la oferta que se producen justo cuando se prevé que aumente la demanda, con China relajando los controles de COVID-19 e India aumentando las compras.
De esta forma, las nuevas restricciones de Indonesia son otro desafío para los países importadores de alimentos afectados por la inflación al rojo vivo del año pasado, que llevó los precios de los principales productos básicos como el trigo, el maíz y la soja a máximos históricos.
«La implementación del mandato B35 en Indonesia en 2023 definitivamente cambia la situación global de oferta y demanda de aceite de palma», dijo Oscar Tjakra, analista senior de investigación de alimentos y agronegocios en Rabobank. «Ahora espero que el aceite de palma tenga un ligero déficit en la hoa de balance mundial», agregó.
El mandato B35 de Indonesia, el más alto del mundo, estipula que el diésel vendido en el país a partir del 1 de febrero debe contener un 35 % de éster metílico de ácidos grasos de palma. En comparación, Malasia ha implementado parcialmente un mandato de mezcla de biodiesel del 20 % y otros países tienen medidas que exigen porcentajes de uno y dos dígitos de biocombustibles para diesel o gasolina.
La Asociación de Productores de Biocombustibles de Indonesia dice que el mandato B35 absorberá 11,44 millones de toneladas en aceite de palma este año, frente a los 9,6 millones en 2022 bajo la medida B30 del país.
Indonesia, productor de más de la mitad de los suministros mundiales de aceite de palma, también endureció las reglas comerciales este año.
«La exportación de aceite de palma de Indonesia definitivamente caerá, ya que la producción disminuirá, el consumo interno aumentará», dijo a Reuters Fadhil Hasan, funcionario de la Asociación de Aceite de Palma de Indonesia (GAPKI).
Indonesia produjo 51,3 millones de toneladas de aceite de palma en 2022 y exportó 33,7 millones, estimó GAPKI. En 2023, se espera que la producción de aceite de palma sea de 50,82 millones de toneladas y las exportaciones de 26,42 millones, dijo.
El jueves, Malasia dijo que podría dejar de exportar aceite de palma a la Unión Europea en respuesta a una nueva ley de la UE destinada a proteger los bosques mediante la regulación estricta.
Otras amenazas para los suministros de aceite comestible incluyen la peor sequía de Argentina en 60 años, que se pronostica que reducirá drásticamente la producción de soja.
FUERTE DEMANDA
Las importaciones de aceite de palma de la India en diciembre aumentaron un 94 % con respecto al año anterior a un nivel récord, ya que el mayor descuento del producto frente a los aceites vegetales rivales llevó a las refinerías a aumentar las compras.
«El descuento del aceite de palma frente a los aceites rivales es de alrededor de US$ 300 por tonelada, esperamos que este descuento se reduzca a alrededor de US$ 200 para marzo», dijo Sandeep Bajoria, director ejecutivo de Sunvin Group, una correduría de aceite vegetal.
«Pero la fuerte demanda de aceite de palma de la India continuará, ya que sigue siendo el aceite comestible más barato», agregó.
También se espera que las compras de aceite de palma por parte de China, el segundo importador más grande del mundo, aumenten este año, luego de caer bruscamente en 2022 debido a los estrictos controles de COVID de Beijing .
Fuente: news.agrofy.com.ar