“La actividad del engorde a corral acumula casi un año donde no tuvo ni un solo momento de rentabilidad positiva. El inicio de 2018 volvió más compleja la situación en función de los incrementos en los insumos de alimentación”.
Así lo indicó un informe difundido hoy por la Cámara Argentina de Feedlot. “Los valores de venta actuales aún están unos pesos por debajo del máximo logrado en 2017 en términos corrientes y las perspectivas de los valores de alimentación, tanto para la energía como para la proteína, muestran un año en el cual la comida seguirá en valores altos”, añadió.
Las empresas que agrupan a los mayores feedlots del país indicaron –tal como se adelantó la semana pasada– que a comienzos del pasado mes de abril el nivel de encierres en corrales profesionales registró un récord histórico del 73% (“creemos que mayo dará un porcentaje aún mayor”, señaló el informe).
“Sin duda estamos frente a un corrimiento y concentración de la zafra de terneros ocasionado por la seca, que complicó gran parte de las áreas de cría del país. Esta situación presentó algunos negocios puntuales de recategorización de hacienda que no llegó a terminarse a pasto y que tuvo que pasar por los corrales para una correcta terminación”, explicó el documento de los feedloteros. “Analizando este nivel de encierre surge el interrogante sobre lo que pasará cuando esa hacienda comience a ser terminada y a dejar los corrales”, añadió.
Los integrantes de la Cámara Argentina de Feedlot además se quejaron por la modificación del peso mínimo de faena para hembras (que será de 143 kilogramos res en gancho hasta el próximo 30 de junio).
“La modificación y baja transitoria del peso mínimo de faena para la hembras ha sido, al menos, controvertida. Si bien el motivo por el cual se anunció la medida tiene su impacto en la producción (la seca) entendemos que no era la forma de encarar el problema. La discusión sobre si debe o no el país tener una intervención del Estado en este sentido es algo que puede ser discutido y debatido por la cadena”, señaló el informe.
“El problema es el cambio de las reglas de juego de un día para el otro y con una medida sobre la cual no hubo consenso en toda la cadena. Lo que generó un castigo a todos aquellos productores, criadores y engordadores que apostaron por un animal de mayor peso y suponían que las reglas y el estricto control, con la puesta en marcha de los nuevos sistemas de fiscalización, eran parte de un país que va hacia una mayor previsibilidad en los negocios. El criador realizó un esfuerzo para vender sus hembras un poco más pesadas para no ser castigadas y el engordador con un esfuerzo de conversión mayor ajustó dietas, recrió y logró un animal por encima de los 300 kilos, pero se encontró de golpe con una categoría de menor peso (260 kilos) y más buscada por el abastecedor”, agregó.
“Queremos producir carne como otros productores de punta en el mundo, exportar cada vez más y ser el supermercado del mundo, pero lamentablemente competimos con productores que no sólo tienen otro nivel de carga impositiva, sino que tienen además estímulos para ser cada vez más eficientes y el acceso a herramientas de producción que hoy tenemos vedadas por una determinación exclusivamente nuestra”, aseguraron los feedloteros.
A pesar de todas las pálidas, los feedloteros no pierden las esperanzas y consideran que “el valor actual del gordo debemos interpretarlo como el piso para este 2018”, dado que “con paritarias que de apoco se van cerrando, más la continuidad del crecimiento de las exportaciones, creemos que la tendencia (bajista) será revertida en las próximas semanas; las lluvias de estos últimos días colaborará también en este sentido”.