Recordó que el año pasado se importó de otros países, fue un 8 por ciento de lo que implica el consumo argentino de cerdo, pero como también hubo exportación en algo se compensó (3 por ciento). Indicó que contrapartida, lo positivo también fue que la gente está consumiendo más carne de cerdo.
Sostuvo que la incertidumbre es si se va a superar ese 8 por ciento. No obstante ello, hay otros condicionantes, como el tema de la soja y maíz, con reducciones en un 20, 30 por ciento en los volúmenes de soja y maíz “y eso puede condicionar el precio a futuro”, explicó.
Respecto a Misiones, señaló que la provincia consume más carne de cerdo, y la situación hoy es que sigue habiendo una diferencia de precio con la frontera, de donde también ingresa carne de manera ilegal afectando la comercialización de productos en Misiones, dijo.
Señaló, sin embargo, que a pesar de esto la producción de cerdos se viene sosteniendo.
Más sobre la exportación a Estados Unidos:
El gobierno argentino de Mauricio Macri finalmete acordó abrir la importación de carne de cerdo, algo que no ocurría desde 1992. Se trata de un pedido concedido a su par estadounidense, de Donald Trump, como parte del visto bueno para que el país sudamericano pueda volver a exportar limones a aquel mercado.
EE.UU. es el principal productor de carne porcina a nivel mundial, y exporta un total de 6.500 millones de dólares anuales en este rubro, lo que representa el 27% de la producción total de ese país. El NAFTA y Japón son los principales mercados.
La importación de carne porcina había sido bloqueada en 1992 por la Argentina, durante la presidencia del peronista conservador Carlos Menem. En aquel momento, se argumentaron cuestiones fitosanitarias, lo que en la práctica suele utilizarse como una barrera para arancelaria para afectar importaciones que golpeen las producciones locales.
El reclamo por el negocio de la carne porcina había sido impulsado por el vicepresidente, Mark Pence, cuando visitó a la Argentina el año pasado.