La gran expansión en el último tiempo de las malezas difíciles vienen marcando la “agenda productiva” de los productores. Desde 1996 a la fecha en Argentina se han detectado 33 biotipos de 15 especies de malezas diferentes, siendo casos de resistencia simple, cruzada (resistencia a más de una familia de herbicidas del mismo mecanismo de acción) y múltiple (resistencia a más de un mecanismo de acción).
En la actualidad, las maleza más difundidas en el país son Amaranthus hybridus (más conocida como yuyo colorado), con presencia en más de 10 millones de hectáreas, y las gramíneas, que si se suman en total, la infestación abarca entre 10 a 12 millones de hectáreas.
“Hay problemas que ya son comunes a todas las regiones productivas como el yuyo colorado resistente que se ha expandido por todo el país. Comenzó en Córdoba con más fuerza y se amplió a toda el área productiva. Ahora, se ve mucho este inconveniente en Buenos Aires que anteriormente no se veía”, explicó Marco Mares, presidente de Summit Agro a Clarín Rural.
Según el directivo, se ha complejizado el manejo agrícola, pasando de un sistema casi industrial, donde el control se basaba en una receta y todos hacían lo mismo al de hoy que se tiene que analizar lote por lote.
Marcos Mares, presidente de Summir Agro Argentina, durante el lanzamiento del nuevo producto en Rosario.
“La aplicación de herbicidas en soja históricamente era glifosato con algún otro producto. Muy simple y muy barato.Ya todo esto no funciona. Hay que reforzar el control con otros modos de acción”, indicó Mares.
Por lo que esta situación hizo que el productor tenga que hacer una mayor inversión.“El mercado de herbicidas no glifosato prácticamente se duplicó en los últimos 5 años. Esto habla de la inversión que está haciendo el productor porque las hectáreas no han cambiado sustancialmente. Entonces, la diferencia es que hay mayor aplicación de tecnología para controlar las malezas”.
No obstante, Mares reconoció que tanto los productores como los asesores han tomado conciencia de esta problemática.
“Muchas veces la política de arrendamiento anual complica el manejo de cada productor pensando en el mediano y largo plazo. Pero de a poco va cambiando y hoy por hoy antes de arrendar se mira con énfasis este problema. Lo analiza tanto el dueño del campo porque pierde valor el campo como el que arrienda porque sabe que si el campo está enmalezado se le incrementarán los costos ”, sostuvo.
En este contexto complejo, la empresa japonesa Summit Agro presentó la semana pasada en Rosario ante más de 400 asistentes un nuevo herbicida denominado Fierce, un producto residual para el control de malezas en soja y maíz. Principalmente esta nueva tecnología protege a los cultivos de Amaranthus spp. y gramíneas como: Echinochloa colona, Chloris spp., Eleusine indica, Digitaria spp., entre otras.Su principio activo corresponde a la familia de las Isoxazolinas, una nueva molécula lanzada por la empresa que está bajo el marco de la tecnología Axeev.
«Es el fruto de combinar tecnología Axeev con Sumisoya Top. Al tratarse de dos modos de acción distintos, se disminuye la probabilidad de generar resistencia”, destacó Mara Paván, una de las expertas en el manejo de soluciones de la empresa nipona.
El producto está comercialmente en Estados Unidos y en Australia. Y Argentina es el tercer país donde se lanza.
“Sinceramente poder lanzar una familia química nueva es un orgullo muy grande. La inversión que se hace en desarrollo de productos para la protección de cultivos fue virando de muchas empresa hacia la biotecnología que a la química tradicional. Y cada vez es más costoso desarrollar una molécula nueva, ya que compite mucho con genéricos de productos más nuevos”, cerró Mares.