Hoy, están dadas todas las condiciones de arranque para que Argentina se convierta en un referente latinoamericano en la producción de carne de cerdo. Pero, para que ello ocurra es imprescindible conocer las fortalezas y debilidades del punto de partida del negocio en el mercado doméstico.
A diferencia de lo que sucede en el mundo, en Argentina el sector porcino no se ha integrado verticalmente. Esto significa que cada eslabón de la cadena del negocio define sus propios límites. De este modo, hasta obtener el producto terminado, se desconocen o minimizan factores clave como proyecciones, objetivos, factibilidad o condiciones de mercado del eslabón anterior o el posterior.
Cuando un sector funciona integrado, el negocio se piensa desde el alimento balanceado hasta el producto elaborado que llega a la mesa del consumidor. Los países que son exitosos en esta industria lo son porque supieron generar empresas que abarcan todas las etapas, o que integran productores, o son grupos de productores que se asocian para poder competir y evolucionar en el mediano y largo plazo.
Un dato significativo que da cuentas de esa debilidad sustancial en el sector ganadero es que cuando se habla del sector porcino se refiere a “productores de cerdo” no a “productores de carne de cerdo”. Si esta industria decide evolucionar, deberá enfrentar cambios indispensables para lograr su transformación y consolidarla en el tiempo.
Entre los primeros pasos a dar está el diseño de una matriz de fortalezas y debilidades aproximada (*) que ponga en emergencia alertas y oportunidades.
Fortalezas de Argentina como productora y exportadora de Carne de cerdo:
01: Excelente estatus sanitario: libre de TGE, de PRRS y de Peste Porcina. Actualmente, Argentina se encuentra trabajando en el programa de erradicación de la última enfermedad significativa de la producción porcina que aún registra: Aujeszky.
02: Disponibilidad de materias primas de máxima calidad: principalmente maíz, soja y agua potable.
03: Costo de producción competitivo a nivel mundial: a causa del costo diferencial al que el mercado interno accede a materias primas de calidad. El costo de la alimentación representa aproximadamente el 70% del costo total de producción, y no es casual que la producción de cerdo se haya localizado históricamente en Argentina en las zonas de mayor producción de grano grueso.
04: Disponibilidad y acceso a porcicultura de precisión: con tecnología de punta y genética de alto rendimiento.
05: Sector conversor de proteína vegetal en proteína animal: por lo tanto es un sector que genera valor agregado en la producción de carne, en un país productor de cereales de excelente calidad para alimento de ganado.
06: Gran porcentaje de producto final de alta calidad: caracterizado por una carne de cerdo magra de primer nivel, que oscila en el 48%.
07: Entorno natural con disponibilidad de suelos, clima, superficies y agua, que posibilitan al sector porcino argentino desarrollar su actividad respetando el medio ambiente y el bienestar animal, como así también, implementar medidas de bioseguridad en los establecimientos de producción primaria.
Debilidades en el mercado, para los alimentos producidos con carne de cerdo:
01: Falta de cultura gastronómica que piense variedad de preparaciones que incorporen más la carne de cerdo a la dieta de los argentinos. Esto se debe principalmente al fuerte arraigo de la carne vacuna, que históricamente ha sido accesible en precio y cantidad. Si bien esta situación ha comenzado a modificarse desde el año 2005, el consumidor argentino recién está escuchando sobre la falsedad de los mitos que le asignan a este alimento, a la vez que está aprendiendo sobre sus bondades y cómo incorporarlo en sus preparaciones cotidianas.
02: Percepción negativa por parte de formadores de opinión en el campo de la salud y la nutrición. En Argentina, es común que muchos profesionales médicos y nutricionistas, por falta de conocimiento y exceso de prejuicios en el tema, eliminen de la dieta de sus pacientes la carne de cerdo y hasta le asignen calificaciones que la perjudican, fortaleciendo de este modo mitos basados en la ignorancia y la desinformación . La carne de cerdo es sana, saludable y segura.
03: Distorsión de precios en la comercialización de carne de cerdo fresca: el precio de este producto en los mostradores muestra una importante distorsión que se genera en la última etapa de la cadena de valor, la comercialización.
La carne de cerdo fresca (cortes) debería llegar al consumidor a un precio al menos similar al de la carne vacuna, sin embargo esto no ocurre. Por lo tanto, entre el precio pagado al productor y el precio de góndola se registra una gran diferencia , que dificulta el posicionamiento del producto como un ítem de la canasta familiar.
04: Los altos costos internos de los servicios afectan negativamente a la cadena. El impacto sobre el costo del producto que significan las altas tasas de interés, el alto costo de los transportes, las comunicaciones, la energía, sumado a la presión fiscal y sanitaria, disminuyen la competitividad de la cadena productiva.
05: La competencia desleal por evasión fiscal, sanitaria y ambiental, provoca importantes asimetrías entre sectores con tránsito local, provincial o nacional. La evasión fiscal genera distorsión de los costos y los precios, perjudicando a quien actúa dentro del sistema por competencia desleal , y la sociedad toda por la menor recaudación. Pero también conlleva a la evasión de controles sanitarios en toda la cadena, lo que se traduce en definitiva en un riesgo para la salud de los consumidores.
06: Alta susceptibilidad mediática que responde a casos aislados de enfermedades porcinas, que se detectan exclusivamente en circunstancias de tenencia familiar de animales y elaboración “artesanal” de fiambres y chacinados, perjudicando a la totalidad del sector que desarrolla su actividad en el marco de altos estándares sanitarios y normativas de las autoridades sanitarias a varios niveles.
07: Falta de integración entre los distintos eslabones de la cadena productiva. El sector porcino argentino se caracteriza por no estar integrado verticalmente , lo que genera intereses encontrados entre los distintos eslabones. Esto perjudica la relación cliente-proveedor e, indistintamente, de acuerdo a la situación coyuntural de los mercados externos, favorece a una punta o a otra de la cadena, haciendo insostenibles las proyecciones de la actividad en el largo plazo.
08: Falta de reacción oficial frente al ingreso desmedido de carne de cerdo desde países que implementan fuertes políticas proteccionistas a su sector y presentan estatus sanitarios inferiores al de Argentina.
Se genera entonces un círculo vicioso que hace jugar como tomador de precios al sector porcino argentino, siguiendo los avatares de los países vecinos que comercian en los mercados internacionales y sufriendo la falta de reciprocidad comercial que tendría que caracterizar a las relaciones bilaterales. De esta forma, los ciclos de expansión y retracción no permiten consolidar las bases para el definitivo crecimiento de capacidades, inversiones, volúmenes, adiestramiento, consumo, etc, que todo sector necesita para desarrollarse.
Fuente: Publicado originalmente en e-book “Porcicultura de precisión” 3K PIG – www.3kpig.net
Tomado de Infopork