La alfalfa (Medicago sativa L.), por su capacidad de acumulación de forraje de calidad, es el principal recurso forrajero de la región pampeana. Sin embargo, presenta épocas de baja producción, donde el uso de pasturas consociadas puede ser una herramienta para amortiguar esos periodos.
Frente a este panorama, un estudio denominado “Alternativas a la Alfalfa (Medicago sativa L.) en la zona centro de Santa Fe: Producción de biomasa y composición botánica de pasturas polifíticas”, planteó como objetivo evaluar la producción de tres mezclas forrajeras comparadas con pasturas de alfalfa pura durante dos años consecutivos.
El ensayo fue sembrado en el 2019. El tamaño de cada parcela fue de aproximadamente 2.200 m2. Los tratamientos y densidades de siembra fueron: T0– Alfalfa (18 kg/ha ), T1– Alfalfa (12 kg/ha ) + Festuca mediterránea (8 kg/ha), T2– Festuca continental (7 kg/ha) + Trébol Rojo (5 kg/ha ) + Trébol Blanco (1 kg/ha), T3– Achicoria (2,5 kg/ha) + Cebadilla (10 kg/ha) + Cebadilla cv Tango (5 kg/ha) + Trébol Rojo (5 kg/ha) + Trébol Blanco (1 kg/ha). En todos los tratamientos, se evaluó la disponibilidad de biomasa a través de cortes antes del ingreso de animales al lote y tasa de crecimiento (TC; kg MS/ha/d).
Entre los resultados, los autores encontraron un rendimiento acumulado entre septiembre de 2019 y marzo de 2021 de 18.119, 12.727, 12.936 y 15.031 kg MS/ha para T0, T1, T2 y T3 respectivamente, encontrándose diferencia significativa solo en el tratamiento T0 respecto de los demás. En cuanto a las tasas de crecimiento, los datos obtenidos se resumen en el cuadro 1. Se puede observar que no existieron diferencias significativas en la interacción tratamiento x estación, mientras que, entre tratamientos y entre estaciones si se encontraron diferencias.
Cuadro 1: Tasa de crecimiento por tratamiento y por estación.
A partir de estos resultados, los autores concluyeron que las especies consociadas no superaron a la alfalfa pura en invierno, por lo que no permitirían contrarrestar la disminución productiva en dicha estación. Sin embargo, la mayor tasa de crecimiento presente en primavera, podría ser un indicador para tomar decisiones con respecto a la confección de reservas para cubrir dichas deficiencias productivas.
El estudio fue llevado a cabo por María Inés Brance Brance Bonvini (Universidad Nacional del Litoral); Gonzalo Berhongaray (National Scientific and Technical Research Council); Fernando G Delbino (Universidad Nacional del Litoral) y José Martín Jáuregui (Universidad Nacional del Litoral).