Los parásitos gastrointestinales son un problema serio para los productores de ovino y caprino y, aunque el tratamiento con productos antiparasitarios logra mantenerlos a raya, cada vez son más las resistencias asociadas al uso de este tipo de producto, siendo necesario desarrollar nuevas estrategias de control.
No son pocos los efectos perjudiciales de las nematotodos intestinales, entre ellos:
- Depreciación de la canal
- Mortalidad en animales jóvenes
- Reducción de la ingesta y digestión del alimento
Un ejemplo de este fenómeno es la infección por Haemonchus contortus, un parásito hematófago que, además de originar anemia en el hospedador, altera su estado nutricional al reducir su ingesta de alimento, reduce la digestibilidad y absorción de nutrientes, y contribuye al aumento de las pérdidas de proteína endógena en el tracto gastrointestinal.
La necesidad de una nueva estrategia
Desarrollar nuevas soluciones integrales para el control de las parasitosis intestinales se ha convertido en una necesidad, recurriendo a un abordaje holístico para atajar el problema desde varios frentes:
- Selección genética para obtener animales con mayor *resistencia y **resiliencia a las enfermedades parasitarias.
- Estrategias nutricionales para mejorar la respuesta inmunitaria y compensar las pérdidas nutricionales ocasionadas por el parásito.
- Suplementación con plantas con propiedades antihelmínticas y nutracéuticas para inhibir el crecimiento y desarrollo del parásito.
- Gestión adecuada de los pastos, reduciendo la probabilidad de que los animales ingieran el parásito durante el pastoreo.
El potencial de las estrategias de las estrategias nutricionales
Dentro de las estrategias de control propuestas, la nutrición se ha convertido en uno de los ejes centrales, debido al efecto directo que tiene el parasitismo sobre la asimilación de los nutrientes:
- Reducción de la ingesta y digestión de los alimentos.
- Desvío de algunos nutrientes hacia la reparación de los tejidos dañados en vez de utilizarlos para otras funciones metabólicas como el crecimiento o producción de leche.
Dentro del enfoque nutrición, cobran especial importancia dos elementos fundamentales: la energía y las proteínas.
Por ello, la Unidad de Investigación Zootécnica del Instituto Nacional de de Investigaciones Zootécnicas del Instituto Nacional de Investigación Agronómica (INRA), en Francia, ha realizado un estudio para cuantificar el impacto de las parasitosis intestinales sobre algunos indicadores de salud, digestión y rendimiento productivo, así como para cuantificar el efecto del nivel de energía y proteína en la dieta sobre los indicadores de salud en animales parasitados.
Se observó un impacto positivo de una dieta de mejor calidad sobre la resistencia de los animales a la parasitosis, aunque la contribución específica de la proteína y energía no quedó clara, ya que ambos elementos estaban ligados en la base de datos.
Si bien, se piensa que el nivel de proteína y energía tienen un efecto específico sobre la resiliencia en cabras y ovejas, no se ha establecido una relación con la resistencia frente a los parásitos, siendo necesario diseñar ensayos específicos para dilucidar estas incógnitas.
Finalmente, se comprobó que las ovejas son más resistentes y resilientes que las cabras a las parasitosis intestinales.
*Resistencia: Capacidad del hospedador de ejercer algún tipo de control sobre el ciclo vital del patógeno (evitar la infección, reducir su eliminación, limitar la carga parasitaria, etc.).
**Resiliencia: Capacidad del hospedador de mantener su capacidad productiva a pesar de la infección.
Leer artículo completo: Ceï, W., Salah, N., Alexandre, G., Bambou, J. and Archimède, H. (2018). Impact of energy and protein on the gastro-intestinal parasitism of small ruminants: A meta-analysis. Livestock Science, 212, pp.34-44.
Fuente: rumiantes.com