Nutricionistas argentinos participaron de un workshop a cargo de Luis Tedeschi de la Universidad de Texas, líder del innovador programa RNS. “El engorde intensivo requiere modelos que no solo optimicen las dietas, sino que minimicen riesgos de acidosis y estimen rápidamente el metano emitido”, afirma Darío Colombatto. La inteligencia artificial, otra gran ventaja.
El Dr. Luis Tedeschi es profesor de la Universidad de Texas A&M y una autoridad de referencia mundial en formulación de raciones. De hecho, lideró el reciente desarrollo del programa RNS (Ruminant Nutrition System), el más avanzado para optimizar la performance animal minimizando riesgos de acidosis subclínica y emisiones de metano en el feedlot, mediante la incorporación de la inteligencia artificial.
Para llevar el nuevo modelo a la práctica, el investigador dictó un workshop en Vitoria, Estado de Espírito Santo, Brasil, país del que es oriundo, al que asistieron 40 nutricionistas de diferentes compañías locales, además del Dr. Darío Colombatto (Profesor en FAUBA-CONICET y consultor ganadero), el Ing. Agr. Patricio Bertelli y el M.V. Atilio Ciuffolini (ambos de Teknal, nutrición animal), quienes fueron invitados por el M.V. Elbio Bressan de Phibro Animal Health.
A su regreso, Colombatto dialogó con Valor Carne sobre las características salientes del programa y reseñó la experiencia compartida buscando acercar conocimiento a la ganadería argentina.
La innovación
El profesor Tedeschi comenzó explicando paso a paso los fundamentos del programa RNS, dando pie a discusiones con los participantes sobre los criterios tomados para la modelación y predicción del desempeño animal. En tal sentido, el RNS, toma sus raíces en modelos precedentes como el CNCPS, el CPM y el NASEM (antes NRC) utilizados en diversos países, entre ellos los Estados Unidos, Brasil y la Argentina.
“Lo bueno de este programa es que puede hacer más fina la formulación de raciones de engorde buscando una óptima performance animal, pero a la vez disminuyendo el riesgo de acidosis subclínica”, afirmó Colombatto. Y aclaró que “el tablero de acidosis, es una herramienta aparte del programa, que fue creada por el Profesor Tedeschi en colaboración con Phibro, aunque puede funcionar en conjunto”.
Otro adelanto asociado al RNS es la estimación del metano emitido a campo en función de la ración, mediante un tablero de control desarrollado por los mismos creadores. “Te avisa cuánto emitirá el animal a partir de la dieta en cuestión y si eso se puede moderar moviendo este o aquel ingrediente. En concreto marca el efecto de distintas formulaciones para esa categoría”, indicó.
Una diferencia con respecto a modelos anteriores es que el RNS corre e itera (reitera) los procesos para lograr resultados sobre la plataforma R Studio, uno de los lenguajes de programación más utilizados en estadística, de código libre, o sea, que se puede bajar de Internet.
Para Colombatto el gran salto tecnológico del nuevo modelo es que incorpora la inteligencia artificial dentro de la formulación. ¿Qué significa esto? “Que el programa va ‘aprendiendo’ conforme el técnico lo va alimentando con datos de campo. O sea, que utiliza distintas variables reales y las combina en un algoritmo, generando unos 50 mil escenarios a partir de los cuales obtiene el promedio”, describió.
Este avance permite que pueda predecir, por ejemplo, aspectos relacionados con la fermentación y digestión ruminal como pH, producción de ácidos grasos volátiles, tasas de degradación y pasaje de partículas de rumen a intestino, cantidad de metano producido, entre otros. “Es una función que los sistemas anteriores no tenían porque habitualmente actúan sobre escenarios lineales”, subrayó.
El workshop
Dario Colombatto, en el encuentro de capacitación.
Durante el encuentro, se realizó una práctica en las computadoras personales de los asistentes para que pudieran tener una experiencia directa con el programa RNS.
“Pudimos ‘correr’ algunas dietas modelo y observar cómo se predecía el desempeño de la categoría animal elegida. La plataforma es amigable con el usuario, que naturalmente debe poseer conocimientos más bien avanzados de nutrición y alimentación para poder interpretar completamente las respuestas”, sostuvo Colombatto.
En adición a esto, los asistentes tuvieron la oportunidad de acceder a dos herramientas de gran valor para los nutricionistas, que como se dijo más arriba, fueron creadas por el profesor Tedeschi en colaboración con Phibro.
Una de ellas es el tablero de control que predice los riesgos de un animal de feedlot de caer en procesos de acidosis subclínica (SARA, por sus siglas en inglés). Para eso, toma en cuenta aspectos del ganado, el manejo y el clima, englobando más de 15 variables que se pueden graduar y adaptar a la situación particular de cada campo. Seguidamente, se generan entre 2.000 y 50.000 repeticiones, también graduables.
“El clima, concretamente temperatura media y humedad, así como la cantidad de eventos meteorológicos por mes y la presencia y magnitud de barro en corrales, son elementos de alta importancia en este tablero”, pormenorizó.
¿El resultado? “No sólo brinda el riesgo de acidosis, expresado en porcentaje, sino también estima el lucro cesante por el menor desempeño esperado de los animales con este problema sanitario”, destacó.
Así las cosas, el nutricionista a cargo de las raciones del feedlot puede modificar la dieta – contenido de fibra, uso de monensina y virginiamicina- y las prácticas de manejo -número de entregas de comida por día, espacio de comederos, animales por corral, duración del encierre- para disminuir riesgos de acidosis subclínica.
La otra herramienta que aplicaron los asistentes es el tablero que permite predecir la cantidad de metano emitida. Esto varía según las particularidades de los animales -peso vivo y consumo de materia seca- y las características de la dieta: concentración de proteína bruta, fibra, grasa, e inclusión de modificadores ruminales como monensina y virginiamicina.
“Con estos elementos, el tablero calcula la emisión de metano del animal y el técnico puede modificar las variables buscando reducirlas”, planteó, refiriéndose a la posibilidad de atenuar la formación de ese potente gas de efecto invernadero producto de la fermentación ruminal.
“Como responsables de la alimentación de muchos animales en importantes países ganaderos, los asistentes entendimos perfectamente el valor de contar con estos tableros en el trabajo diario”, aseveró Colombatto.
Para finalizar, agradeció a la empresa Phibro por haber invitado a nutricionistas argentinos a un evento de primer nivel, así como al Profesor Tedeschi que en todo momento estuvo dispuesto a evacuar dudas y escuchar los planteos de sus colegas. “Esta experiencia significa una oportunidad para nuestra ganadería que necesita producir más kilos de carne preservando la salud y el bienestar animal, y minimizando impactos ambientales”, concluyó.
Por Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne
Fuente: www.valorcarne.com.ar
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