Ante la eliminación de cupos y cortes prohibidos, industriales y productores exportadores plantean los nuevos desafíos para aprovechar los mercados internacionales y dar un salto cualitativo en los embarques. Qué esperan del clima, la oferta de hacienda y la demanda internacional, en un contexto en que la macroeconomía y el tipo de cambio también jugarán un rol clave.
El 2024 arranca con renovadas expectativas para la cadena de ganados y carnes ante la remoción de obstáculos para exportar como los cortes prohibidos y los cupos de embarque. A su vez, el clima, que ayuda a recomponer la oferta forrajera, es otra señal positiva para una actividad que deberá enfrentar nuevos desafíos: los propios del ciclo ganadero, con un rodeo en recomposición y una oferta de hacienda que se vería más restringida, así como una macroeconomía aún inestable y dudas sobre el devenir del tipo de cambio.
En ese marco, protagonistas de la industria y la producción contaron a Valor Carne qué desafíos prevén enfrentar en los próximos meses.
“Pensamos que se abre un panorama muy positivo, celebramos la eliminación de todo tipo de restricciones, que no haya cupos y la liberación de los siete cortes prohibidos. La exportación va a crecer, pero el incremento no será lineal”, opinó Carlos Riusech, titular del frigorífico Gorina y vicepresidente del Consorcio de Exportadores ABC
El directivo señaló las limitaciones que tendrá el vuelco exportador de esos cortes que antes no se podían embarcar. “Hay que considerar que venimos de un récord exportador a pesar de las restricciones. Pero dentro de las cuotas (Estados Unidos, 481 y Hilton) los siete cortes estaban permitidos, con lo cual parte se iba ahí”, explicó.
También “se les dio otros destinos en el mercado interno, como la elaboración de chacinados o hamburguesas”, agregó, considerando que “tal vez ahora haya una búsqueda de mayor valor agregado en la exportación para determinados cortes, que deberán ser reemplazados por otros en el mercado interno”.
En concreto, precisó que de “ese 28/30% del novillo” que debía quedar en el país, ahora se podrá destinar a la exportación “la mitad, entre un 10 y un 15%”.
En ese sentido, para Riusech, el mayor logro de las nuevas reglas de juego será el mejor aprovechamiento económico de la res. “Con la prohibición de cortes, el mercado interno se saturaba. Por ejemplo, toda la nalga o la paleta tenías que dejarlas acá, entonces había una desproporción que generaba sobreoferta de esos productos”. Por eso, consideró que “el mayor cambio en las exportaciones va a ser cualitativo”.
En tanto, uno de los desafíos a enfrentar es la disponibilidad de hacienda. “Producto de la sequía, este año la oferta de ganado de todas las categorías va a ser menor. Los primeros pronósticos nos marcan alrededor de un millón de cabezas menos, por lo que la faena podría estar en torno a los trece millones de animales”, analizó.
¿Qué esperan del mundo? “Lo vemos algo más retraído. China está estabilizada y por supuesto que lleva volumen, pero los niveles de precio distan de ser los que supimos tener cuando se produjo la fiebre porcina africana. También están Israel, Chile y las cuotas de Estados Unidos y Europa. Estamos pivoteando con varios destinos y después algunos nichos, como para poder lograr la mejor integración posible”, contó.
En relación al tipo de cambio, Riusech se mostró satisfecho, aunque advirtió que no corrigió todas las disparidades con los competidores. “Por supuesto que ayuda mucho el ajuste cambiario, nos agregó mucha competitividad, pero solemos mirarnos en el espejo de lo que pasa internacionalmente. Y todavía nuestro novillo es el más caro del Mercosur”, precisó.
¿Esto le podría quitar expectativas de subas al precio local de hacienda? “No”, respondió tajante. Y agregó: “Yo creo que para los productores todo esto que está pasando es muy bueno. Tanto las liberaciones de cortes y cupos como el cambio de clima, es un buen estímulo. Somos muy optimistas en el largo plazo”.
Una de las principales preocupaciones mediáticas por estos días, es la posible tensión entre el mercado interno y la exportación. “El mercado interno está totalmente abastecido, sobre todo cuando hablamos de proteínas; el crecimiento del consumo de cerdo es marcado, el pollo está también muy estable, con lo que el tema está más que garantizado”, destacó. Así las cosas, detalló que “en 2022, el consumo per cápita estaba en los 47/48 kg/año, y 2023 en torno a los 53 kg promedio. Hay un rango donde puede volver a bajar algo, pero lo vemos estable y sin dificultades”.
En resumen ¿qué considera lo más importantes de las medidas oficiales? “El estímulo y el aliciente para producir e industrializar. Y desde el lado de los consumidores, en el largo plazo van a tener mayor oferta y estabilidad”, respondió.
Productores con una mirada en la exportación
Quiénes sentirán el cambio de reglas de forma más marcada son los productores exportadores, ya que, con las sucesivas reglamentaciones establecidas desde el cierre de los embarques en 2021, no recibían cupos propios para exportar y debían negociarlos con los frigoríficos.
“Dejamos de ser los más discriminados, porque además de los cortes prohibidos, no nos daban cupos para exportar; teníamos que pedirles o comprarles a los frigoríficos y eso era una asimetría muy grande entre la industria exportadora y los grupos de productores”, afirmó Fernando Herrera, Presidente de la Asociación de Productores Exportadores (APEA). Y agregó: “ahora estaremos todos en igualdad de condiciones. Han sacado esa medida que era totalmente artificial y discriminatoria”.
En cuanto a la dinámica de las operaciones, confió en que “no tener cortes prohibidos facilitará el trabajo y permitirá integrar mejor el negocio, pudiendo elegir destinos sin limitaciones. Es decir, todo va a fluir mejor y en la medida de que sea negocio y los precios lo ameriten, ahora se va a exportar”.
Pero éste no es el único aliciente pensando en 2024. “Llovió, ahora hay pasto, las recrías están volviendo y habrá más chances de engordar o recriar un novillo. El año pasado era casi imposible porque no había pasto en ninguna zona y eso hizo que se adelantaran los engordes”, sostuvo.
Pese a este nuevo escenario, Herrera advierte sobre algunas luces amarillas. “Con la devaluación somos más competitivos, pero si tenemos 30% de inflación mensual, como se pronostica en estos próximos meses, y el movimiento cambiario es de 2%, como se plantea, en tres meses vamos a volver a tener un atraso fenomenal del tipo de cambio, con el agravante de que habrá aumentos de costos como energía, combustibles, transportes y frío”, alertó.
Otro punto a tener en cuenta es la posible suba de los derechos de exportación, del 9 al 15%, aunque la colocó en un segundo orden. “No es bueno, pero no es lo más grave, no es que por esos seis puntos de retención nos vamos a salir de la cancha”, aseveró.
Más allá de esas dudas, Herrera se muestra confiado en las capacidades de los grupos de productores. “Cerramos un muy buen año de volumen completando la cuota de Estados Unidos y estamos muy avanzados con el actual ciclo Hilton: al 31 de diciembre cubrimos 62% del cupo, lo cual es muy bueno considerando todas las trabas que tuvimos”, afirmó.
En cuanto a la disponibilidad de hacienda, coincide con el diagnóstico de la industria, con la que prevé una ardua competencia. “La oferta está limitada porque no hay mucho novillo pesado, que es lo que nosotros utilizamos para exportar. No soy pronosticador, pero si las condiciones macroeconómicas se ordenan y se puede exportar, el precio de la hacienda tenderá a mantenerse alto”, estimó.
Sin subestimar los desafíos, considera que el nuevo escenario abre la oportunidad para que más productores se sumen al negocio de la exportación. “El único mercado que tiene limitaciones es el Hilton, porque quedaron muchos establecimientos afuera de la UE por tener corrales de para suplementar o terminar. Pero actualmente lo más importante es hacer novillos de calidad. Hay oportunidades en Estados Unidos, kosher para Israel, en Malasia o Singapur, entre otros. Incluso China, que compra volumen y mucha vaca, también está demandando cortes de calidad y paga precios muy buenos, similares a la Hilton”, aseguró Herrera. Y, en relación a este último mercado, contó que los compradores chinos “siguen reconociendo la calidad de la carne de Australia, por lo que si se consigue ese tipo de marbling adecuado, compran carne argentina a muy buenos precios”.
Por estos motivos, para el presidente de APEA, la nueva mirada oficial sobre la exportación de carne podría abrir la posibilidad de que más productores se sumen al negocio. “La exportación va a ser más atractiva que el consumo, que estará limitado por un tema de poder adquisitivo. Los grupos son una buena alternativa. Hay distintas estructuras, pero siempre el objetivo es que el productor se involucre más y logre animales de mejor calidad y más parejos. Buscamos que sepan que si hacen los animales adecuados se les va a pagar bien, todo el año y van a participar de los resultados. Eso es lo virtuoso de la integración”, concluyó.
FUENTE: Por Marcos Lopez Arriaz, Jefe de Redacción de Valor Carne
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