Para este año, se prevé una menor oferta en el mercado y la exportación crecería en participación como destino de lo producido. En ese escenario, qué puede pasar con el precio de la carne y su impacto en la inflación.
El aumento en el precio de la carne fue uno de los distintos factores que impulsó al alza la inflación de diciembre. De la misma manera, la moderación en la suba de este producto básico en la canasta alimentaria contribuiría a la desaceleración del IPC estimada para enero.
De todas formas, hacia adelante el panorama podría cambiar. Una menor oferta de animales, a partir de las secuelas que dejó la sequía del año pasado, sumado a la liberación de las exportaciones, podría empujar al alza el precio de la carne en los próximos meses.
De hecho, se prevé que los envíos al exterior ganen participación este año como destino de lo producido, luego de un 2023 que cerró con un fuerte incremento en los volúmenes exportados.
En ese escenario, el techo a los precios lo pondrá el consumo. Debido a la pérdida de poder adquisitivo, se prevé una caída en la demanda interna que, de alguna manera, ayudará a moderar futuros incrementos en góndolas y carnicerías.
Con todo, luego de mantenerse estable durante la primera parte de enero, el precio de la hacienda en el mercado de Cañuelas subió la semana pasada y comenzó esta con la misma tendencia. Un hecho que, en el corto plazo, efectivamente podría trasladarse al consumidor.
Precio de la carne: qué puede pasar en el corto plazo
“El aumento del precio de la hacienda durante la semana pasada, que fue del 3 al 5% según la categoría, tiene que ver con la caída en la oferta, sobre todo para consumo. Hay una presión fuerte por los animales pesados, que se origina en la liberación a las exportaciones para cualquier destino. Pero esto todavía no está pegando en el consumo interno”, explicó a Ámbito Miguel Schiariti, titular de la Cámara de la Industria y el Comercio de la Carne.
Y, en referencia a lo que podría ocurrir con los precios que paga el consumidor, el referente del sector señaló que “podría ir trasladándose lentamente ese porcentaje de aumentos al mostrador, pero veremos qué pasa esta semana: si no se convalidan los precios y vuelven a caer, o si siguen trepando despacio, pero de manera continuada”.
En tanto, de cara a lo que pueda ocurrir en los próximos meses, la caída en la oferta jugará un papel fundamental. Al respecto, Schiariti subrayó: “Hay que recordar que está faltando un millón y medio de terneros, que no van a nacer este año, y al mismo tiempo hubo una faena de vacas muy amplia en el último semestre del año pasado, que llevó a la faena de hembras al 48%, y esto va a generar que para reponer esas hembras el productor deba retener vaquillonas y preñarlas”.
“Es decir que, además de la falta de los terneros, vamos a tener una falta importante de vaquillonas que no van a ir al mercado porque van a estar reemplazando los vientres que se vendieron en el último semestre del año pasado”, concluyó.
Carne: qué puede pasar con las exportaciones este año
De acuerdo a un informe elaborado por Fundación Mediterránea, durante el 2023 las exportaciones de carne vacuna crecieron un 8,1% en volumen frente al 2022. El complejo vendió al exterior por un valor de u$s2.944 millones, lo que representó una caída del 22,7% en términos reales, a partir de un derrumbe en las cotizaciones internacionales.
En tanto, al proyectar lo que pueda ocurrir este año con las exportaciones de carne vacuna, el informe destacó que el escenario “estará condicionado por la dinámica del mercado externo, lo que suceda con el ciclo ganadero y el consumo interno”.
“En lo que hace al mercado global, las importaciones de China (primer comprador global y destino de la carne argentina), se mantendrían relativamente estabilizadas respecto a los últimos dos años (en torno a los 2,7 millones de toneladas peso producto), con precios que apuntan a ser similares a los del cierre del 2023”, detallaron desde Fundación Mediterránea.
Más allá de una menor oferta para este año, hay otros factores que condicionarán el frente interno para el sector. “El tipo de cambio real efectivo (TCRE) para la exportación ha pasado a ubicarse en un nivel muy elevado en lo que va de enero, que supera largamente el que tuviera durante el 2023 y años previos”, señaló el estudio al referirse a la devaluación del tipo de cambio oficial y la implementación del régimen cambiario exportador (80% al tipo de cambio oficial y 20% al CCL).
En ese aspecto, subrayaron que “si el actual TCRE podrá mantenerse o no es ‘el’ interrogante clave; el Gobierno tiene intención de llevar las alícuotas de DEX al 15%, contra una tasa del 9% que pagan actualmente los cortes del complejo, y el dólar de exportación podría atrasarse rápidamente si el tipo de cambio oficial fuese utilizado como ancla inflacionaria”.
El estudio también hace referencia a una probable contracción en el consumo interno a partir de la pérdida en el poder adquisitivo y una retracción en los niveles de actividad económica. “En este contexto complejo para el consumidor local, la exportación debería crecer en participación como destino de lo producido, superando la marca del 29% del 2023; lo que resta saber es si además podrá crecer en volúmenes, cuestión que dependerá finalmente de lo que suceda con el flujo de animales enviados a faena y los kilos de carne finalmente producidos por el país”, concluyeron desde Fundación Mediterránea.
FUENTE: Ambito
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