En mayo pasado la faena de hembras alcanzó una proporción del 46% de la faena total. Se trata de una alarma amarilla porque, si ese valor se sostiene en los siguientes meses, la ganadería argentina estaría ingresando en una fase de liquidación.
“Cuando el porcentaje de faena de hembras se encuentra por debajo del 43%, ingresamos a una fase de retención, mientras que por encima del 46% comienza a comprometerse el stock de vacas”, explicó Fermín Torroba, del área de Ganadería de CREA, en un artículo publicado en el sitio de la entidad.
En el primer trimestre de este año, debido a la sequía, en muchas regiones ganaderas, se enviaron a faena volúmenes significativos de hembras ante la escasez de recursos forrajeros. Posteriormente, si bien la oferta de pasto se recuperó, la devaluación encareció, en términos relativos, el valor del maíz
“Nuestros cálculos indican que este año la faena vacuna superará los 3,0 millones de toneladas res con hueso y, cuando eso sucede, los registros históricos muestran un escenario bajista en los precios de la hacienda”, señaló Fermín.
El aumento del tipo de cambio –que por el momento no se reflejó en los valores de las categorías destinadas a los mercados externos– no contribuiría a incrementar de manera significativa la demanda de carne vacuna por parte de los frigoríficos exportadores dado que los mercados de cortes de calidad a los que tiene acceso Argentina son limitados. La mayor presión de demanda, en ese sentido, podría registrarse en las categorías (fundamentalmente vacas) a partir de las cuales se obtienen cortes congelados de bajo valor destinados a China.
Se proyecta que la sequía y el encarecimiento relativo del maíz potenciará la aceleración de la tasa de extracción de novillitos y novillos, la cual, mientras que en el período 2003/2009 se ubicó en un promedio de 71%, en 2010/2015 creció hasta el 92% para alcanzar el 100% en 2016 y ubicarse en 104% en 2017. Para el 2018 se estima que la misma podría alcanzar el 105% (lo que implica que se faenarán terneros una vez liquidado todo el stock anual disponibles de novillitos y novillos) (ver gráfico).
“Cuando finalice el actual ciclo ganadero, caerá la oferta disponible de novillos, lo que promoverá una suba de precios y, en consecuencia, se reactivará el mercado de vientres; con el cambio de expectativas, aumentara la retención de hembras lo que quitará más oferta y reforzará el proceso alcista de precios”, apuntó Fermín. “No es posible saber exactamente cuando ocurrirá el cambio de fase del ciclo ganadero, pero en algún momento se presentará”, añadió.