En el sector apuntan a acumular el recurso durante los meses con mayores niveles de lluvia para prevenir una nueva emergencia hídrica.
La posibilidad de una nueva sequía aparece en el horizonte y en el sector agropecuario buscan evitar que se vuelva a dar una nueva emergencia hídrica, por lo cual llaman a acuñar un nuevo concepto: el de “cosechar agua”.
El director de la Agencia de Desarrollo Rural de Canelones, Pablo González, se expresó en ese sentido al considerar en diálogo con Radio Carve que es necesario “recolectar agua durante los meses que más llueve para utilizar cuando hace falta”, algo similar a lo que se hace con las pasturas, para evitar las consecuencias de un eventual déficit hídrico.
González advirtió que las precipitaciones de los últimos meses no alcanzaron a revertir la situación y los pozos de agua en ese departamento siguen secos, por lo que apuntó a avanzar en medidas preventivas.
Al mismo tiempo, ya finalizada la emergencia hídrica decretada por el gobierno nacional, destacó que la Intendencia que conduce Yamandú Orsi tomó medidas como brindar asistencia diaria de agua a unas 30 familias de la zona rural, así como la limpieza de tajamares y pozos locales.
En esa línea, en Canelones se avanzó con la entrega de bebederos y la futura instalación de diez pozos semisurgentes en puntos clave, así como la instalación de bombas solares.
El impacto de la sequía en el agro
La sequía del año pasado afectó fuertemente a la producción del agro uruguayo, que espera un 2024 mejor. De acuerdo a los datos de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (Opypa), el fenómeno climático provocó pérdidas por 1.883 millones de pesos entre 2022 y 2023 en la actividad, lo que se reflejó en una fuerte merma del PIB.
De hecho, el gobierno declaró la emergencia agropecuaria para asistir a los productores y estuvo vigente entre octubre de 2022 y diciembre del año pasado, hasta que en enero el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) decidió levantarla, a excepción de los rubros frutícola y hortícola.
Se calcula que el MGAP asistió a al menos 12.500 productores agropecuarios que se postularon para un apoyo, mientras el 25% de los productores familiares se acogieron a los préstamos del Fondo de Emergencia Agropecuaria.
Asimismo, el organismo que conduce Fernando Mattos otorgó 4.721 préstamos por 27 millones de dólares; y hubo 573 garantías a través del Sistema Nacional de Garantías por otros 27 millones de dólares, garantizando créditos de capital de trabajo por 40 millones de dólares.
Fuente: Ambito
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