La eliminación de maíces guachos aparece como una acción clave en Argentina para frenar el avance de Spiroplasma.
Según la Red de Manejo de Plagas de AAPRESID, el control de maíces espontáneos es primordial para cortar el ciclo a la chicharrita. Y el momento de comenzar es ahora.
Ocurre que el achaparramiento del maíz se ha convertido en el principal desafío para los productores.
Sólo de marzo a abril provocó una reducción de 6,5 millones de toneladas en la estimación de la producción nacional, según las estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario.
A medida que avanza la cosecha del cereal, es crucial empezar a planificar estrategias para manejar esta situación en la próxima campaña.
Ataque
Los maíces «guachos» son plantas que crecen a partir de granos perdidos durante la cosecha anterior y actúan como un «puente verde» entre una campaña y otra.
Funcionan como un reservorio, tanto del vector como de los agentes causales del achaparramiento.
El control de estas plantas comienza ahora con las cosechadoras, que todavía están trabajando mediante una regulación.
El objetivo es evitar la caída excesiva de granos en el campo y la ruptura de espigas.
Es esencial inspeccionar y ajustar el cabezal de la cosechadora, los sistemas de trilla y limpieza, capacitar al personal y mantener un monitoreo constante.
Pulverizadoras
Además, el control químico de las plantas «guachas» es importante tan pronto como aparezcan.
El uso de herbicidas selectivos, como graminicidas, puede ser efectivo, especialmente cuando la infestación es significativa.
Sin embargo, es crucial realizar este control antes de que las plantas alcancen un estado fenológico avanzado, idealmente cuando tienen hasta 3 o 4 hojas, para evitar que el vector desarrolle una nueva generación.
Es importante tener en cuenta las condiciones climáticas adecuadas, la elección de la boquilla de aplicación correcta y otros principios básicos de la aplicación para garantizar la efectividad del control.
Fuente: maquinac.com
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