Nadie está ajeno al estado que presentan las semillas de soja de cara a esta campaña. Sumado a esa mala calidad, los patógenos presentes en el suelo aprovechan y atacan los cultivos. Ahí es donde nace la necesidad de proteger – o intentar- a la semilla.
Un especialista, Gabriel Mina, responsable de curasemillas en una de las empresas más importantes (que abarca el 30% del mercado), explica: «Este año en particular lo que se dio es que tuvimos sequía extrema durante mucho tiempo en la fase de reproducción del cultivo de soja anterior. Eso nos determinó que los nutrientes hayan sido escasos, con un sufrimiento por parte de la planta muy importante. La semilla, fruto de ese cultivo, sufrió un estrés tan grande que nos dio como resultado semillas con bajo peso, muy pequeñas, y sin alcanzar su madurez. Por eso se ven granos verdes, semillas de menor tamaño, mucha semilla inmadura».
Continuando con el contexto en el que está enmarcada esta campaña de soja que está comenzando, Mina destaca: «La semilla germina muy desuniformemente, a destiempo, con un vigor muy bajo, y eso claramente en el campo se ve influenciado. Todo eso hace que se condicione la germinación y se puedan provocar fallas en la emergencia. Las semillas con mayor tiempo en el suelo y menor vigor, son aprovechadas por los hongos, mayormente los de suelo».
Gabriel aclara en relación a eso, que lo que tenemos que lograr es una emergencia rápida, «porque la soja en argentina es un monocultivo muy importante. La siembra directa es muy buena, pero para la presencia y perduración de los patógenos es espectacular. Esos patógenos, una vez que están, no se van más de este sistema».
La descripción técnica del panorama actual lo apasiona a Mina, quien agrega: «Esas enfermedades son las más difíciles de combatir. Nosotros estamos metiendo las semillas en su ambiente. Son hongos muy agresivos que avanzan muy rápido y provocan pudrición. La semilla, durante el proceso inicial, de desarrollo, se asemeja a un bebé. En los primeros 30 días es donde te recomiendan que no los saques y tomes precauciones. Lo mismo pasa con la soja. Ahí entra el curasemilla con un papel muy importante. El de proteger ese momento, muy breve, pero muy importante para el crecimiento de las plantas».
ENTONCES, ¿CURASEMILLAS SI O NO?
Lo que declara el ingeniero, es que lo que provee el curasemillas es sacar los patógenos minimizando todo lo que va sobre la semilla: «Durante la fase del cultivo, hay hongos que se desarrollan sobre la planta y eso se transmite a la semilla. Todo lo que se lleva la semilla, hay q borrarlo para que el fusarium y phomopsis, que son los que afectan hoy no se desarrollen«.
Además, el referente en curasemillas agrega: «La otra parte importante es la de la protección sobre el suelo. Cuando a la semilla la sembramos, no tenemos predicción de que va a ocurrir post siembra en cuanto a lluvias y temperaturas, y hace que la germinación se vea disminuida».
A modo de concclusión, y dejando una recomendación, Mina remata: «La recomendación es, como todos los años, es que el productor se acerque a su laboratorio de confianza, y realice los test. No solamente los de germinación, sino que avance un poco más alla y tenga un buen diagnóstico para elegir un producto correcto: Vigor, sanidad, y saber que hongos hay en la semilla y en base a eso, el asesor la pueda recomendar el fungicida que más se adapte».