sto fue tras un estudio de vida útil realizado por el INTI, en su centro de Carnes, y de negociaciones que comenzaron en 2016, encabezadas por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) y el Ministerio de Relaciones Exteriores, el gobierno de Israel amplió considerablemente los plazos establecidos para la importación.
A su vez, uno de los principales cambios es que se incrementaron notablemente las posibilidades de enviar la producción en barco, ya que antes, con el plazo de 35 días, era muy difícil garantizar la vida útil si no se transportaba en avión, un medio mucho más costoso.
El trabajo que llevaron adelante especialistas del Centro -Carnes surgió a partir del pedido de exportadore. El análisis de vida útil completado en el instituto tecnológico arrojó como resultado 90 días, mientras que el trabajo análogo realizado en Israel dio 85, cifra que finalmente resultó definitiva en el acuerdo.
“Estos nuevos plazos posibilitan a los frigoríficos argentinos poder exportar la carne por vía marítima, y de esta manera se reducen los costos de logística. Por un lado, permite competir en precios con otros mercados oferentes y, por otro, abre nuevos mercados internacionales que favorecen a la industria cárnica argentina”, aseguró el director del Centro INTI-Carnes, Javier Echazarreta.
Fue a principio de este año cuando el presidente israelí, Reuven Rivlin, hizo el anuncio sobre el nuevo plazo, durante la visita que realizó la vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti. Argentina se posiciona como segundo país en volumen de exportación de carne kosher a Israel, luego de Uruguay: registró el 23 por ciento de las 10.430 toneladas de carne enfriada y las 80.536 toneladas de carne congelada que importó Israel en 2017, lo que a su vez representa aproximadamente 21 mil toneladas exportadas.